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Washington reconoce problemas

La UE y EE UU se acercan a un acuerdo para proteger privacidad de los europeos

 La comisaria de Justicia y vicepresidenta de la Comisión Europea, Viviane Reding, y el secretario de Justicia estadounidense, Eric Holder, coincidieron hoy en la necesidad de poner en marcha un mecanismo que garantice que la privacidad de los ciudadanos europeos no será vulnerada por la masiva red de espionaje estadounidense.

Tras una reunión en Washington, Reding aseguró en rueda de prensa que “por primera vez en tres años” las autoridades europeas ven “un diálogo con sustancia, algo que debe ir seguido de acciones concretas”. “Por primera vez ha cambiado el discurso y se reconoce que hay problemas y sensibilidades en Europa”, aseguró.

Reding confió en que se alcance un acuerdo bilateral para proteger la privacidad de datos de los ciudadanos europeos antes de la primavera de 2014, algo que “sería una señal importantísima para restaurar una confianza que en los últimos meses se ha desvanecido”.

Ese “acuerdo paraguas” entre la UE y EEUU “será la base para facilitar la transferencia de datos en cooperación policial y judicial al tiempo que se aseguran los más altos estándares de protección”, según el comunicado conjunto emitido por ambas partes al término de la reunión de hoy.

Los progresos anunciados este lunes por la vicepresidenta de la Comisión Europea (CE) se dan después de que las filtraciones del extécnico de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) estadounidense Edward Snowden revelaran un masivo programa de espionaje estadounidense en Europa, lo que elevó las críticas de Bruselas.

Reding y la comisaria de Interior, Cecilia Malmstrom, se reunieron hoy con Holder en Washington como parte de los encuentros bilaterales encaminados a alcanzar un acuerdo sobre protección de datos y lucha contra el crimen, que comenzaron en marzo de 2011.

Holder reiteró a las representantes europeas que el gobierno estadounidense está revisando su política de espionaje después de las revelaciones de Snowden y que, antes de que finalice el año, se presentará el nuevo marco de actuación.

El Departamento de Justicia garantizó que las conclusiones de esa revisión no solo reconocerán los temores sobre el derecho a la privacidad de los estadounidenses, sino también de los ciudadanos europeos.

En el comunicado conjunto ambas partes reconocen que las revelaciones de Snowden “han llevado a tensiones en las relaciones transatlánticas que queremos reducir”, algo que acordaron abordar con mayor cooperación en las áreas de Justicia e Interior.

“Tras tres años de negociaciones hay en Washington un proceso entre agencias para solucionar estas preocupaciones de la Unión Europea”, indicó Reding, quien confió en que las garantías se implementarán de manera rápida.

La vicepresidenta de la Comisión Europea dijo que Holder ha prometido que los ciudadanos europeos tendrán garantías jurídicas ante el espionaje estadounidense equivalentes a las que disfrutan los estadounidenses frente a las autoridades europeas.

Además, “el compromiso de acuerdo incluirá estándares básicos de protección de datos en la cooperación entre las fuerzas del orden de ambas partes”, indicó Reding.

La vicepresidenta de la CE, una de las voces más críticas del espionaje estadounidense en Europa, se mostró “esperanzada”, aunque consideró que “hay problemas por solucionar” y EEUU debe establecer mecanismos para revisar la aplicación de las nuevas normas.

Asimismo, Reding dijo que hay un “entendimiento mutuo” sobre la necesidad de que se establezcan normas acerca de la jurisdicción que debe aplicarse en determinados casos que afecten a compañías o ciudadanos en sus comunicaciones en internet, y que debido al carácter trasnacional de la red son difíciles de determinar.

Las comisarias de Justicia e Interior también trataron con Holder y el secretario en funciones del Departamento de Seguridad Nacional, Rand Beers, otros temas sobre lucha antiterrorista, delitos en internet y ciberseguridad.

Ambas partes acordaron intercambiar información ante los problemas que suponen los movimientos de personas que deciden luchar en países extranjeros, especialmente en Siria, que padece una compleja guerra civil en la que participan facciones vinculadas a Al Qaeda u otras milicias como la libanesa Hizbolá.

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