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Presenta desequilibrios macoreconómicos

Bruselas expedienta a Alemania por tercera vez desde el comienzo del euro

El elevado superávit comercial es uno de los desequilibrios de la economía germana La apertura del expediente se limita, de momento, a realizar una "investigación en profundidad"

La canciller alemana, Angela Merkel.
La canciller alemana, Angela Merkel. EFE

Alemania vuelve a estar desde hoy sujeta a una estrecha vigilancia de la Comisión Europea. Por tercera vez desde el nacimiento del euro en 1999, la mayor economía del continente incumple los parámetros de las normas europeas. Y aunque el comisario europeo de Asuntos Económicos, Olli Rehn, no deseaba enfrentarse a Berlín, las cifras que maneja su departamento le obligan a iniciar el expediente.

Alemania rebasa cuatro de los 11 indicadores que señalan la existencia de un desequilibrio macroeconómico potencialmente peligroso para el resto de socios de la Unión Europea. En concreto, la cuota de exportación mundial, que cae más de un 6%; el tipo de cambio real; la deuda publica, que supera el 80%; y sobre todo, la balanza comercial con sus socios europeos, que arroja un superávit superior al 6% de media durante tres años seguidos (2010-2012). 

Ante esas cifras, Rehn no tiene más remedio que incluir a Alemania en el llamado procedimiento de desequilibrios excesivos, una vía disciplinaria creada a raíz de la crisis actual y en la que ya se encuentran desde hace dos años más de una docena de países, incluida España.

La apertura del expediente no supone por ahora una condena de la política económica de Alemania ni conlleva ninguna recomendación expresa. De momento, la Comisión se limitará a realizar una "investigación en profundidad" de las causas de que cuatro indicadores estén en rojo.

Esa investigación puede llevar en primavera de 2014 a tres resultados: que el superávit comercial de Alemania no supone ningún problema, con lo que el procedimiento disciplinario se cancelarÍa; que supone un desequilibrio, en cuyo caso Bruselas emitiría una recomendación al Gobierno alemán para que adopte medidas de corrección, como estimular la demanda interna. La tercera conclusión posible sería que existe un desequilibrio grave, en cuyo caso Alemania estaría obligado a presentar un plan correctivo so pena de sanciones.

La tercera vía puede darse prácticamente por descartada. E incluso, parece improbable que Bruselas se atreva a emitir recomendaciones a la economía más potente en estos momentos de toda la zona euro. La propia CE ha reconocido que la existencia de un superávit comercial no le parece un desequilibrio tan preocupante como el déficit comercial que acusaban hasta hace poco países como España.

La historia reciente también indica que el choque con Berlín puede resultar peligroso para Bruselas. El primer expediente abierto contra Alemania, por déficit público excesivo, acabo en 2003 haciendo saltar por los aires el Pacto de Estabilidad y Crecimiento, cuya aplicación tuvo que quedar suspendida más de tres años.

 El segundo expediente, en 2009, también por déficit público excesivo, resultó menos virulento, pues Alemania pudo sanear sus cuentas públicas sin ningún problema, incluso antes de tiempo. Aunque tenía de plazo hasta finales de 2013 para situar el déficit público por debajo del 3%, lo consiguió dos años antes. Una austeridad acelerada que quizá ha contribuido a los desequilibrios por superávit comercial que hoy, precisamente, preocupan a la Comisión.

España mejora, pero sigue bajo estrecha vigilancia

Por primera vez en mucho tiempo, una rueda de prensa de la Comisión Europea sobre asuntos económicos arrancó con parabienes hacia España. El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, celebró ayer el éxito del rescate de la banca española como una prueba de que “las políticas que aplicamos están funcionando”.

La Comisión aprecia mejoría en indicadores como la balanza comercial española, que este año registrará superávit. Y valora los avances reformas como la de las pensiones o la reestructuración del sector financiero.

Bruselas, en cambio, se reserva su veredicto definitivo sobre la reforma del mercado laboral. Y urge a corregir la fragmentación del mercado, a proseguir la liberalización en el sector servicios y a completar en 2014 la reforma fiscal.

Por todo ello, la CE mantiene a España bajo máxima vigilancia, al mismo nivel que Eslovenia, países que incumple dos de los 11 indicadores. España incumple seis: paro, tipo de cambio, cuota de exportación, inversión internacional, deuda privada y deuda pública. El número de incumplimientos, sin embargo, no tiene relación directa con la gravedad del expediente.

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