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Augura que el PIB crecerá tres décimas en el cuarto trimestre

BBVA pide acelerar el ajuste para evitar nuevos desvíos en el déficit

Previsiones macroeconómicas de BBVA

La Comisión Europea lanzó el martes un jarro de agua fría sobre la recuperación de la economía española, al rebajar del 0,9% al 0,5% su previsión de crecimiento del PIB en 2014. Desde Bruselas justificaron la decisión por el impacto que tendrá en el crecimiento las medidas de ajuste fiscal. Frente a esta visión pesimista, BBVA Research, el servicio de estudios del banco presidido por Francisco González, presentó su informe de perspectivas en el que dio por cerrada la recesión y auguró un crecimiento del 0,9% del PIB para el próximo ejercicio. ¿Cuál es la diferencia del diagnóstico entre la Comisión Europea y BBVA? Bruselas solo ha tenido en cuenta el ajuste, mientras que BBVA ha valorado otras medidas compensatorias.

El informe prevé que el déficit público cerrará 2013 con un saldo negativo de 6,8%, tres décimas por encima de lo pactado con Bruselas. Una desviación que se vería compensada por el nuevo plan de pago a proveedores, que inyectará 13.386 millones a las empresas, y por la reducción de las tensiones financieras, que le permitirá al Ejecutivo endeudarse a un coste mucho menor. La combinación de ambos factores podría aportar, según sus estimaciones, entre dos y tres décimas de crecimiento adicionales al PIB en los próximos doce meses.

Prevé que la economía española dejará de destruir empleo el  año que viene

De hecho, el estudio considera que ya estarían apuntalando la salida de la recesión este año. Tras crecer un 0,1% en el tercer trimestre, el servicio de estudios augura que el PIB podría crecer un 0,3% entre octubre y diciembre. “Estas cifras ponen de manifiesto que el patrón de recuperación es similar al de crisis anteriores, aunque hay factores, como el de la inversión residencial, que no aportarán lo mismo”, subrayó Rafael Doménech, economista jefe de BBVA Research.

En cuanto al mercado laboral, el estudio cree que se está estabilizando y que el proceso de destrucción de empleo se está ralentizando por la moderación salarial. Doménech resaltó como fundamental la nueva elasticidad que surja de la crisis entre el empleo y el PIB. “Ahora toca espera para saber a partir de que umbral empezaremos a crear empleo neto”, señaló. A la espera de que esto ocurra, el estudio prevé que España dejará de destruir empleo en 2014. Domenech insistió en la necesidad de seguir profundizando en la moderación salarial en sectores y empresas donde sea necesario, impulsar las bonificaciones a la contratación indefinida y analizar cómo se puede aumentar la eficiencia de las prestaciones por desempleo para incrementar la empleabilidad de los parados. “En ningún caso supondría recortar las prestaciones”, apuntó.

La bajada de precios sustituye importaciones

En marzo de 2013, la economía española obtuvo el primer superávit comercial de su historia. Eso significa que por primera vez desde 1971 España vendió en un mes más bienes y servicios de los que compra.

Un hito que se produjo por el impulso de las importaciones y por el desplome de las importaciones. El efecto combinado de ambas ha llevado a la economía española a pasar de un déficit comercial de 100.000 millones en 2007 a otro de apenas 8.000 millones en 2013. Los expertos criticaron el triunfalismo del Ejecutivo al asegurar que este ajuste del saldo comercial se había producido casi en exclusiva por el desplome de las importaciones, como consecuencia de una demanda interna y de una inversión anémicas. El secretario de Estado de Comercio, Jaime García-Legaz, rechazó esos argumentos y señaló que la devaluación de precios y salarios había producido un efecto sustitución, aunque no precisó cuanto.

BBVA Research fue más allá ayer al precisar que el 42% de la caída de las importaciones se ha producido por ese efecto, de tal manera que la reuducción de costes habría permitido sustituir compras a otros países por producción nacional. “Auque el deterioro de la demanda final explica un alto porcentaje de la evolución apuntada, la economía española se encuentra inmersa en un proceso de sustitución de importaciones por producción doméstica, que explica el 42% de la caída”, subraya el estudio.

Asimismo destaca que, por primera vez en dos décadas, se han registrado ganancias de competitividad-precio de los productos domésticos frente a los bienes y servicios importados, “lo que pone en evidencia el proceso de devaluación interna en curso”. Pese a ello advierte de que la crisis también ha dado lugar a una mayor propensión a importar.

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