Un francés de alma española al mando de Wonderbox
Bajo su dirección, la filial de la empresa francesa ha aumentado el número de empleados de tres a 50 El ejecutivo afirma que había una carencia en el mercado de la opción de regalos que ofrece la firma
Pierre-Louis Jezequel nació en la localidad francesa de Brest, en 1976. A los 18 años decidió abandonar una prometedora carrera como futbolista en el club de su ciudad bretona, entonces en primera división, para estudiar Administración y Dirección de Empresas. Pasó por la Ecole Supérieure de Commerce et Management (ESCM) y luego por la prestigiosa HEC (Escuela de Estudios Superiores de Comercio), de París. “No me arrepiento para nada”, asegura Jezequel, desde hace tres meses director internacional de Wonderbox, una empresa con sede en Francia que ofrece una opción original para hacer regalos: cofres que contienen un abanico amplio de experiencias, como estancias en casas rurales, aventuras o viajes gastronómicos.
Reconoce estar muy contento con su trabajo. Y tiene motivos para ello. Cuando en 2010 tomó el mando de Wonderbox en España, cargo que mantiene, la filial solo tenía tres empleados, mientras que hoy el número asciende a 50. “Crear empleo en países que lo necesitan es lo más importante”, afirma. La facturación de la filial, de nueve millones de euros en 2011, escaló hasta los 17 millones el año pasado.
Para Jezequel, haber logrado esos resultados en plena recesión económica no es un milagro. Cree que el éxito tiene sus razones. “El producto es bueno y había una carencia en el mercado de esta alternativa de regalos”. La crisis, paradójicamente, tuvo un aspecto positivo. “Hubo un cambio en el consumo. Las personas no pueden irse varias semanas, pero sí buscan estancias cortas, quieren viajar a menor precio”. Wonderbox ofrece estancias de una o dos noches y los precios de los cofres oscilan entre los 60 y los 300 euros.
El ejecutivo cuenta que otro motivo detrás del crecimiento de la empresa es la dedicación. “El trabajo paga”. Y señala que esa es una de las lecciones que aprendió del fútbol. “El talento es importante, pero lo fundamental es tener un objetivo y hacer todo lo que puedas para conseguirlo”.
Jezequel indica que la misma demanda de viajes cortos se observa en el resto de países donde Wonderbox está presente: Italia, Bélgica y Suiza, además de Francia. Y ese parece ser uno de los motivos por los que la empresa vendió un total de un millón de cofres en 2011, año en el que su facturación global alcanzó los 105 millones de euros, 25 millones más que el año anterior.
Desde que asumió su cargo de director internacional su residencia está en París, pero su cometido le exige visitar dos o tres ciudades por semana. “Un día en Zúrich, al siguiente en Milán o Barcelona y luego a París”. Cuenta con despachos en cada una de las filiales y explica que ese es el motivo por el que en ninguno tiene objetos personales a los que asigne algún significado especial. “Son simplemente un lugar para trabajar; no le doy importancia a la decoración, sino a las personas que veo allí”. Jezequel asegura que su despacho es en realidad su ordenador portátil. “Es mi mejor amigo”.
Aunque el día a día lo puede encontrar en cualquiera de esas ciudades, su corazón siempre lo transporta a España, donde ha trabajado durante 11 años. “Lo consideramos nuestro país”, dice en nombre de su esposa y sus tres hijas de entre dos y siete años. “Creo que no hay gente mejor y más acogedora que la de Madrid. Los españoles tienen un calor humano que los franceses no tienen”.
Aunque echa de menos vivir en el país ibérico, adonde llegó en 2002 para trabajar en la empresa de juguetes electrónicos Lexibook, confiesa estar encantado con su situación profesional. “Es un sector que está creciendo, en Wonderbox cambiamos toda la gama una vez al año y estamos ofreciendo novedades todo el tiempo, así que no te aburres”, explica. Jezequel sostiene que los cofres con opciones para visitar casas rurales son los más populares en España. “Representan un 25% de la facturación”. Sus preferidos, sin embargo, son los que ofrecen estancias gastronómicas, en línea con su hobby preferido: la cocina.
Sin saber qué regalar
Wonderbox fue fundada en 2004 en Francia por James Blouzard y Bertile Burel. “Después de un viaje alrededor del mundo, se dieron cuenta de que siempre les resultaba difícil elegir un regalo, y así surgió la idea del negocio”, explica Pierre-Louis Jezequel, director internacional de la empresa. La firma tiene 500 empleados en los países en los que está presente (Francia, España, Suiza, Bélgica e Italia) y su facturación ha pasado de 80 millones de euros en 2010 a 105 millones en 2011.
Jezequel afirma que en Francia la empresa ha destronado del primer puesto a su histórico rival, Smartbox, y que están ganando cuota de mercado en el resto de países en los que compiten.
En España están presentes en más de 800 puntos de venta, como El Corte Inglés, Fnac, Carrefour y Media Markt, y ofrecen 17.000 actividades divididas en 41 cofres. Las experiencias son para disfrutar en diferentes rincones del país y en sitios cercanos de Portugal y Francia, pero Jezequel comenta que los españoles que reciben un cofre de Wonderbox suelen elegir las opciones que no implican desplazarse más de 100 kilómetros.
“La demanda en un principio era mucho más fuerte en Barcelona, probablemente por su cercanía con Francia, donde ya era más conocido el producto, pero ahora Madrid ha crecido y está adquiriendo su importancia natural”, señala.