De la esperanza a la decepción
El pasado 30 de septiembre se ha entregado en el Congreso de los Diputados el Proyecto de Presupuestos de la Administración General del Estado para el año 2014. Al igual que en muchas otras actividades, los agentes que constituimos el Sistema Español de Innovación estábamos expectantes por saber lo que iba a ocurrir con los fondos destinados a la Investigación, Desarrollo e Innovación (I+D+i), incorporados en la conocida como Política de Gasto 46 (PG46).
El propio Ministro de Economía y Competitividad, de quien depende la secretaria de Estado de I+D+i había creado una expectativa positiva al manifestar recientemente que los fondos correspondientes iban a aumentar en estos presupuestos. Al propio tiempo, diversas organizaciones, como la Conferencia de Rectores de Universidades Españolas (CRUE), la Confederación de Sociedades Científicas de España (COSCE), el Colectivo Carta por la Ciencia y nuestro propio Foro, además de investigadores y autores prestigiosos, venían insistiendo en la absoluta necesidad de revertir la tendencia acusadamente descendente de la PG46 desde el año 2010 que había retrotraído los fondos reales disponibles para la I+D+i bastante años atrás. También los medios de comunicación, tanto escritos como radio y televisión, le habían dedicado una atención al tema claramente mayor que en ocasiones anteriores. Parecía que se daban las condiciones para el mencionado cambio de tendencia. La realidad se ha encargado de desinflar drásticamente esa esperanza. Veamos los datos.
La cifra propuesta para la PG46 es de 6.046,12 millones de euros, lo que supone 213,9 millones más de lo presupuestado para 2013. ¿Promesa cumplida? No lo parece si atendemos a varios detalles.
Primero, si el aumento lo corregimos por la inflación anual, el incremento en euros constantes se sitúa en el entorno del 2%. Además, a lo largo de 2013 se ha habilitado un crédito extraordinario sobre el Presupuesto aprobado para este año por valor de 104 millones de euros con el fin de atender necesidades urgentes del CSIC (25 Millones) y para actuaciones de la secretaria de Estado de I+D+i. Si descontamos esta cifra los fondos realmente nuevos se reducen a 109 millones, un 1,77% más que el año anterior. Lo dicho respecto a la subida de los precios permite concluir que los fondos reales disponibles van a ser prácticamente los mismos que en el ejercicio de 2013. ¿Puede entonces hablarse de subida? Sigamos con otros aspectos que ayuden a hacerse una idea más completa de la PG 46 para 2014.
Se venía insistiendo en la absoluta necesidad de revertir la tendencia acusadamente descendente
Desde hace varios años, los estudiosos del tema y los agentes implicados en la I+D+i vienen prestando atención a la distribución de los fondos presupuestarios entre las operaciones no financieras (simplificando, subvenciones) y las operaciones financieras (créditos). Lo que se ha observado a lo largo de los últimos años ha sido un crecimiento superior de las operaciones financieras, hasta suponer más del 60% del Presupuesto, quedando las operaciones no financieras por debajo del 40%. Esta distribución ha sido considerada poco eficiente por varios motivos, entre los que pueden citarse la dificultad -cuando no imposibilidad- de que los actores del sector público puedan utilizarlos, así como las condiciones impuestas en las concesiones de los créditos (avales y tasa de interés creciente) a través de los agentes financieros ordinarios que, como luego se señalará, ha conducido a una creciente infrautilización de esta fórmula de financiar la I+D+i. Para 2014 se prevé un incremento algo superior de las operaciones no financieras (6,4%) que de las financieras (1,83%), lo que no altera básicamente la estructura mencionada. El cambio es tan poco significativo que es difícil afirmar si estamos en presencia de un cambio de tendencia, como se viene demandando desde diversos sectores, o responde a factores coyunturales de necesidades de determinados programas.
También es una cuestión recurrente en el análisis de los Presupuestos de I+D+i la distinción entre los recursos dedicados a la investigación de carácter civil y la militar o de defensa. Según se ha expuesto recientemente, desde el año 2006, el descenso de los fondos destinados a la investigación militar no hizo sino continuar hasta alcanzar valores extremadamente reducidos para el año 2013 (363,4 millones. Poco más del 6% de la PG 46). En el proyecto para 2014 se rompe esta tendencia de manera muy evidente: así, los fondos para la investigación militar crecen el 39,47%, mientras que los recursos para investigación civil apenas aumentarían en un 1,27%.
No se trata de debatir aquí sobre la idoneidad de la investigación militar que sin duda tiene que tener un tratamiento conforme a la realidad de la España de hoy, sino de constatar que la mayor parte de la escasa subida en la PG 46 ya comentada se debe al crecimiento de los recursos dedicados a la investigación militar. En valor absoluto éstos aumentarían en 143,46 millones que, descontados de los 213,9 millones de aumento del total de la I+D+i, resulta que el incremento de la investigación civil solamente es de 70,52 millones; un 1,27%. Si tenemos en cuenta los 104 millones del crédito extraordinario de 2013, en su mayoría destinado actuaciones de investigación civil, resulta fácil colegir que el anunciado aumento de los presupuestos para I+D+i no solo brilla por su ausencia, si no que en cuanto a la investigación civil se refiere asistimos a un descenso de los recursos reales disponibles para 2014. Debemos tener presente que España debe satisfacer cuotas no pagadas a organizaciones internacionales de ciencia y tecnología que drenarán los recursos disponibles en España.
Para terminar estas reflexiones hay que señalar un asunto de gran trascendencia: la ejecución de los Presupuestos. Lo que a tal efecto se ha constatado es que los recursos no ejecutados han ido creciendo en los últimos ejercicios hasta superar el 40% de lo presupuestado en la PG 46 en el año 2012, último para el que se tienen datos. En otras palabras de los aproximadamente 6.000 millones presupuestados, el sistema de innovación ha recibido de hecho poco más de la mitad. Buena parte del problema viene generado por la no ejecución de las partidas destinadas a operaciones financieras (créditos), debido a diversos factores relativos a las condiciones en que tales créditos se ponen a disposición principalmente de las empresas. Pero a los efectos de esta visión de conjunto, lo que más importa es destacar que la desmesura de la no ejecución evidencia lo inadecuado de los recursos que el proyecto de presupuestos propone poner en juego para la I+D+i de España.
Los recursos no ejecutados han ido creciendo en los últimos ejercicios hasta superar el 40%
Esta situación es simplemente inaceptable y señala la necesidad de reconsiderar seriamente la forma en la que se gestionan los presupuestos. Además de asignar recursos suficientes hay que gastarlos en tiempo y forma; no es el caso de lo que está ocurriendo, por ejemplo, con las convocatorias para la financiación de proyectos del Plan Estatal de Investigación correspondiente al año 2013 que en los primeros días del mes de octubre, aún no han visto la luz.
José Molero. Foro de Empresas Innovadoras