Alivio no definitivo desde EE UU
Los dos grandes partidos estadounidenses, en un ataque mixto de pánico y sensatez, anunciaron ayer un acuerdo básico para evitar el abismo fiscal y la suspensión de pagos del Tesoro de EE UU. Cuando faltaban solo unas horas para el juicio final, anunciaron una prórroga de casi cuatro meses (hasta el 7 de febrero) en el techo de deuda, para disponer de un ciclo más sosegado de negociación presupuestaria y evitar una exposición de la primera economía del mundo de consecuencias incalculables. Las Bolsas, que habían mantenido una actitud de limitada preocupación, lo celebraron, con un nuevo máximo en el caso de la española, que acumula ya un avance del 21% anual.
El pacto temporal es un alivio importante, pero pasajero; no definitivo, en todo caso. Es preocupante el crecimiento emprendido por la deuda, entre otras cuestiones acelerado por el descomunal gasto público desatado con la crisis, y tiene lógica tratar de ponerle mesura; pero más preocupante es poner en riesgo toda la economía mundial por cuestiones de política interna como las que republicanos y demócratas están esgrimiendo en el debate. El mercado espera, para no quebrar la recuperación mundial a la que también comienza a sumarse Europa, una solución sensata y duradera del conflicto fiscal antes de febrero, nueva fecha del precipicio.