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Prepara una primera fase de implantación

Abertis prepara en Brasil su salto exterior con las torres de telefonía

Las opciones son la compra de antenas o la implantación en sus autopistas

Tobías Martínez, director general de Abertis Telecom.
Tobías Martínez, director general de Abertis Telecom.
Javier Fernández Magariño

La toma de control de la antigua OHL Brasil, hoy Arteris, no va a ser un paso aislado de Abertis en el país suramericano. La operadora de autopistas pretende desembarcar en el corto plazo con su otra pata de negocio, la de telecomunicaciones. La intención es que Arteris y Abertis Telecom actúen de forma independiente, pero con la misión de buscar sinergias para instalar la oferta de servicios de señal de telefonía móvil.

La empresa lleva tiempo intentando una operación corporativa en Italia, donde la última oportunidad tanteada es la adquisición de las 300 antenas de móvil que bordean las autopistas de Atlantia, proceso que actualmente marcha al ralentí. Se trata de dar un salto al exterior que promete fructificar ahora en Brasil, donde Abertis Telecom tiene ya un equipo técnico y comercial desplazado. En un primer capítulo de la implantación se busca gestionar hasta 500 antenas multioperador. Las dos vías contempladas para el desarrollo en el país son un operación corporativa y la inversión en nuevas instalaciones.

En el primero de los casos, la firma que dirigen Salvador Alemany y Francisco Reynés ya participó el pasado verano en un proceso lanzado por uno de los mayores operadores brasileños, Oi. Finalmente fue la estadounidense SBA la que se llevó en julio las 2.100 antenas que ponía en juego la empresa de telefonía. El acuerdo fue cifrado en 686 millones de reales (232 millones de euros) y el gigante norteamericano se alzaba hasta las 3.000 torres en Brasil.

Es en la segunda puerta de entrada para Abertis, la de la implantación propia, donde entran en juego las autopistas de Arteris, que opera 3.250 kilómetros en Brasil. Estas carreteras en concesión, explican fuentes del mercado, cuentan con una banda de terreno expropiado en la que la operadora puede desarrollar negocios alternativos al de la explotación de los peajes.

Con tráfico creciente y notable implantación geográfica, uno de los problemas que presentan las citadas autopistas de Abertis es la escasa cobertura para el móvil. Dos circunstancias, la de la existencia de masa crítica de clientes y la falta de servicio, que prometen convertirse en todo un imán para atraer operadores de telefonía.

El foco de Abertis para la expansión internacional de su actividad como operador de torres de telefonía está puesto en los citados Italia y Brasil, así como en Reino Unido y Suiza.

Ya en España, irrumpió en esta actividad en 2012 con la compra de 1.000 antenas a Telefónica y cerró el pasado 1 de agosto la toma de otras 4.227 antenas de la propia Telefónica y Yoigo por 385 millones. Las oportunidades a la vista en este país son el rediseño de redes por el despliegue de la tecnología 4G y la creciente demanda de tráfico de datos.

El acuerdo con Telefónica da la propiedad de las antenas a Abertis –no se trata de una fórmula de derecho de uso ni alquiler– y un contrato a largo plazo (25 años) con el antiguo propietario. El paquete adquirido supone aproximadamente el 25% de la cartera de antenas de Telefónica y el punto fuerte de las mismas es que están emplazadas en zonas urbanas, no en entornos rurales, por lo que son críticas para los operadores. En Abertis Telecom no han dejado de destacar que se han hecho con “la mejor parte de la infraestructura nacional”.

El plan de Hispasat y la financiación

Uno de los hitos de Abertis Telecom este año, al margen de la adquisición de antenas a Telefónica, ha sido la toma de control en Hispasat. Para la firma de satélites existen planes de crecimiento basados en posibles adquisiciones, para lo que se miran oportunidades tanto en América como en Europa; la competencia por nuevos derechos orbitales, y alianzas con otros operadores. Se trata de consolidar la posición tanto en América, donde recoge el 54% de la facturación, como en Europa Central y del Este.

La compañía no se plantea una salida a Bolsa y su deuda está bien afianzada, con vencimientos a ocho años e intereses en el entorno del 3,5%. Sin embargo, Hispasat podría necesitar financiación si se presenta una oportunidad de inversión y eso hace interesante la hipótesis de buscar el rating para poder lanzar futuras colocaciones de bonos.

La firma que dirige Carlos Espinos presentó unas ventas de 200 millones en 2012, con un ebitda de 161 millones (el margen bruto de explotación roza el 81%) y un beneficio neto de 51 millones. La deuda neta de Hispasat supera ligeramente los 292 millones (1,8 veces el ebitda).

El objetivo del plan de expansión es pasar del octavo puesto del ranking mundial de operadores a ser uno de los cinco primeros.

Sobre la firma

Javier Fernández Magariño
Es redactor de infraestructuras, construcción y transportes en Cinco Días, donde escribe desde junio de 2000. Ha pasado por las secciones de Especiales, Cinco Sentidos, 5D y Compañías siguiendo la información de diversos sectores empresariales. Antes fue locutor de informativos en la Cadena Cope, además de colaborar en distintos medios de Madrid.

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