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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

La esperanza del sector exterior

El cuadro macroeconómico que ha diseñado el Gobierno para 2014 sitúa al sector exportador como una gran esperanza para la economía española. Buena parte del crecimiento previsto el año que viene dependerá de la actividad generada por una demanda externa que sumará 1,2 puntos y que compensará con amplitud las cuatro décimas que previsiblemente caerá la demanda interna. Dentro de las ventas al exterior, la industria de bienes de equipo –primera industria exportadora española– afronta un fin de año con grandes perspectivas. Los datos de la patronal apuntan a que las ventas del sector crecerán casi un 19%, lo que supone más del doble de lo previsto para el conjunto de las exportaciones de nuestro país.

Las razones que explican este avance son tanto internas como externas. Las primeras tienen que ver con el encomiable esfuerzo que esta industria ha realizado durante la crisis para aumentar su competitividad. La conjunción de una severa rebaja en los márgenes, precios y salarios ha permitido al sector levantar un dique de abrigo frente a la ola destructora que ha resquebrajado buena parte del tejido empresarial español. Se trata de todo un ejemplo de capacidad de sacrificio y de superación; un esfuerzo que comienza a dar sus frutos.

Las razones externas de estas buenas perspectivas tienen que ver con la recuperación de la economía del euro, que ya ha dejado atrás los peores rigores de la recesión. La mejora de la situación en Francia y el crecimiento de Alemania y Reino Unido refuerzan el horizonte para un sector que destina hasta un 54% de sus ventas a la zona euro. Pese a ese potencial, la diversificación se ha convertido también en un elemento estratégico. Mercados emergentes como China, Turquía o Brasil han ido ganando peso como destino de las exportaciones de bienes de equipo españolas, pese a que las dificultades de financiación están suponiendo también un duro freno para este sector.

La buena salud de la industria de bienes de equipo –un área que proporciona empleo a más de 185.000 trabajadores de forma directa y 400.000 de modo indirecto– constituye un rayo de luz en un entorno que sigue siendo oscuro. Buena parte de esas perspectivas de crecimiento tienen que ver con la pronta normalización de un mercado de crédito que ahoga las difíciles –y valiosas– muestras de emprendimiento en España. Pese a que nuestra economía haría bien en apostar por importar –y no solo exportar– bienes de equipo y en fortalecer así el modelo industrial española, la evolución de este mercado es una magnífica señal de recuperación.

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