El déficit de 2012 ha mejorado por el superávit de los ayuntamientos
El Consejo de Ministros aprueba hoy uns Presupuestos restrictivos Las comunidades podrían registrar numeros rojos superiores a los publicados en marzo
El pasado mes de febrero, el Gobierno comunicó que el déficit público de 2012 había alcanzado el 6,74% del PIB en 2012, una cifra que Bruselas obligó a elevar hasta el 6,98% al detectar que Hacienda había retrasado devoluciones fiscales para mejorar las cuentas. Sin embargo, Rajoy anunció el miércoles en una entrevista concedida a Bloomberg que el dato de déficit definitivo será del 6,8%. Es decir, casi 2.000 millones menos de lo anunciado previamente.
Una rebaja notable que se debe a que las cuentas de los entes locales, que son las más complejas de calcularse al existir 8.117 municipios y más de 40 diputaciones. En un primer momento, la Intervención General de la Administración Estatal (IGAE) informó de que los ayuntamientos registraron un déficit en 2012 de 1.624 millones de euros (0,15% del PIB). Sin embargo, esa cifra provisional se ha convertido ahora en un ligero superávit y ha permitido que el déficit público total baje al 6,8% que anunció Rajoy desde Nueva York, donde participó en la Asamblea General de la ONU. En cualquier caso, la cifra supera el objetivo marcado del 6,3%.
Así, las entidades locales se han convertido en el eslabón administrativo más saneado. A diferencia de las comunidades, los ayuntamientos tienen un margen presupuestario menor. Ello es así porque sufren un control más estricto por parte de Hacienda y, además, su capacidad de acceder al crédito es muy limitada en un contexto como el actual. El problema todavía pendiente es que los ayuntamientos siguen pagando su deuda comercial por encima de los 30 días que establece la legislación.
Hoy el Consejo de Ministros informará de la distribución del déficit del 6,8% del PIB registrado en 2012. Junto a la mejora de la Administración local, es previsible que las cifras empeoren alguna décima para las comunidades autónomas. Además, en contra de las cuentas públicas, juega la revisión a la baja del PIB de 2012 que anunció el INE en 2012.
Además, el Ejecutivo también presentará hoy los Presupuestos Generales de 2014, una cuentas que mantendrán el tono restrictivo de los ejercicios precedentes. Por el lado del gasto, no hay margen para alegrías. Hacienda insiste en que la prioridad es cumplir con los objetivos de déficit y argumenta que sanear las cuentas es el paso previo para afianzar la recuperación económica. Así, el capítulo de gastos de personal se mantendrá congelado y la inversión pública seguirá en mínimos históricos. Si se cumplen las previsiones del Gobierno, el déficit público cerrará este año en el 6,5% del PIB y, para 2014, la cifra debe bajar hasta el 5,8%. Ello supone un ajuste de unos 7.200 millones. En cualquier caso, la senda para el Estado central resulta factible ya que, en 2014, solo deberá reducir su déficit en una décima (del 3,8% al 3,7%). El mayor esfuerzo corresponderá a las comunidades.
Por el lado de los ingresos, no se esperan grandes sorpresas en la presentación de hoy. El Ejecutivo ya ha anunciado que se prorrogará la subida del IRPF y el recargo adicional sobre el IBI que Hacienda aprobó para 2012 y 2013. Para el próximo año también entrarán en vigor nuevos impuestos medioambientales. Y, en el impuesto sobre sociedades, el Ejecutivo también ha prorrogado el incremento en los pagos fraccionados y eliminado la posibilidad de deducir las pérdidas en el exterior.
El Gobierno esperará hasta el próximo año para aprobar una gran reforma fiscal. Actualmente, el comité de expertos designado por Hacienda está elaborando un informe sobre los cambios tributarios que precisa España, uno de los países de la UE que menos recauda. La idea del Gobierno es aprobar una gran reforma fiscal en 2014 y que entraría en vigor en 2015.
Un año difícil, pero mejor de lo previsto
Los Presupuestos para 2014 incorporarán una previsión de crecimiento del PIB del 0,7% frente al 0,5% estimado hasta ahora. En cualquier caso, el Ejecutivo ya aprobó el techo de gasto para el próximo año, que asciende a 133.259 millones, un 2,7% más que el año anterior. Un avance que, previsiblemente, superará el incremento del PIB nominal, que rondará el nivel del 2%. El PIB nominal tiene en cuenta el crecimiento económico y también la evolución de los precios.
En cualquier caso, Hacienda señala que el aumento del gasto se debe a las prestaciones sociales. Descontando las transferencias a la Seguridad Social y al Servicio Público de Empleo Estatal (SPEE), el techo de gasto se reduce a 104.847 millones, un 1,3% menos que el año anterior. Hacienda prevé que la mejora económica permita, a su vez, elevar la recaudación.