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Columna
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Fuerte nacionalismo petrolero en Brasil

El agresivo nacionalismo petrolero de Brasil llega con unos cinco años de retraso. Los costes, las malas condiciones y la intromisión del estado han convencido a gigantes de la talla de Exxon Mobil y Chevron de evitar la subasta del mayor campo del país. Brasilia podría haberse salido con la suya antes la revolución del ‘shale’. Ahora jugar duro puede implicar una menor producción –y menos lucro.

Con un máximo de 12 millones de barriles de petróleo, Libra tiene suficiente crudo para abastecer la demanda mundial hasta cinco meses. Así que el hecho de que la mayoría de los nombres más respetados en el mundo del petróleo se negaran incluso a pagar una cuota inicial para unirse a la subasta es un golpe para Brasilia.

La avaricia del gobierno tuvo la culpa. Ofrecer muy pocas ventajas a los accionistas de las petroleras puede ser contraproducente. Con los términos de Brasilia, las petroleras solo ganarían dinero si el crudo se mantuviera por encima de los 110 dólares el barril, según un estudio de la consultora IHS. Las compañías petroleras también se verían obligadas a comprar la mayor parte de su equipamiento a costosos proveedores locales y a rendirse a la dirección de la estatal Petrobras.

Hace cinco años, las mayores compañías petroleras podrían haber aceptado las condiciones

Hace cinco años, las mayores petroleras podrían haber aceptado a regañadientes tales términos. Por aquel entonces, los grandes descubrimientos como Libra eran raros. Pero el posterior auge del ‘shale’ estadounidense ha socavado la idea, dominante a finales de la década pasada, de que el mundo se estaba quedando sin nuevas fuentes de petróleo.

Las actitudes de las grandes petroleras hacia proyectos políticos inciertos están cambiando. Hartos de beneficios en contracción, los accionistas han presionado a las compañías a abandonar su estrategia de crecimiento a toda costa en favor de un enfoque más basado en los valores. Haber exagerado le costará caro a Brasilia.

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