Un ejemplo de consenso político
El acuerdo fiscal suscrito ayer en el País Vasco entre el PNV y el PSE-EE supondrá, en caso de ser aprobado, una subida de la presión fiscal sobre los contribuyentes de la comunidad autónoma y, como consecuencia de ello, una importante inyección de ingresos para las arcas públicas de la región. El pacto, que todavía deberá ser ratificado por las diputaciones vascas, recorta varias de las deducciones de que disfrutan los contribuyentes del País Vasco, aunque mantiene todavía la presión fiscal de la región por debajo de la del resto de España. Un margen que tanto el PNV como los socialistas coinciden en considerar de vital importancia para poder impulsar medidas de incentivo que aceleren la salida de la crisis en la comunidad autónoma.
El acuerdo, que ha sido suscrito por el secretario general de los socialistas, Patxi López, y por el líder del PNV, Andoni Ortuzar, junto con el lehendakari, Íñigo Urkullo, tiene como horizonte temporal toda la legislatura y cuenta con unas perspectivas de recaudación extra de 1.500 millones de euros. Los recortes en las deducciones se centran en la vivienda y en las inversiones realizadas en el año (pago de créditos hipotecarios y aportaciones a cuentas de ahorro). Además, se reducen las bonificaciones a las aportaciones de los fondos de pensiones, se eleva el gravamen sobre las plusvalías y en el IRPF y se recupera la tributación sobre sucesiones entre familiares en primer grado. Las exenciones en las indemnizaciones por despido constituyen otro de los capítulos retocados a la baja.
La propuesta mantiene, por el contrario, el tipo general del Impuesto sobre Sociedades en el 28%, así como en el 24% para pymes. La medida apuesta así por conservar un tratamiento fiscal beneficioso para el tejido empresarial vasco, lo que reafirma la intención de ambos partidos de utilizar la reforma para incentivar la recuperación económica. El ventajoso margen de maniobra que proporciona la baja presión fiscal aplicada en el País Vasco en relación al resto de España puede ser una oportunidad para dibujar un modelo de política tributaria que combine el ajuste presupuestario con la puesta en marcha de algunos estímulos, aunque sean todavía incipientes, a la actividad.
Más allá del contenido del acuerdo, el compromiso al que han llegado ambos partidos en el País Vasco constituye un inusual ejemplo de cooperación política e institucional, cuyo valor todavía es mayor en una coyuntura de extrema dificultad como la que está viviendo España. Un contexto histórico en el que el interés general pasa por sentar cuanto antes las bases de una recuperación económica que no acaba de llegar.