La lucha por el poder
La campaña para las elecciones legislativas en Alemania está en plena efervescencia. En esta carrera por la presidencia del Bundestag alemán, los dos principales candidatos son Angela Merkel, por la Unión Demócrata Cristina (CDU), y Peer Steinbrück, por el Partido Socialdemócrata (SPD). Como anécdota, estos dos rivales nacieron en la misma ciudad: Hamburgo, en la antigua República Federal de Alemania.
Además de los dos partidos principales, concurren a los comicios Los Verdes –que parece que se convertirán en la tercera fuerza electoral del país después de haber conseguido ganar en Baden-Württemberg y Stuttgart–, Die Linke (La Izquierda) –el único partido con representación parlamentaria que se ha opuesto a la canciller en sus decisiones sobre Europa y el euro– y el FPD –partido que se alió con Merkel tras las elecciones de 2009 y que permite le gobernar el país germano hoy por hoy–. Según los sondeos, los liberales obtendrían un 45% en las urnas mientras que la izquierda, aún recuperándose del último batacazo electoral de 2009, sumaría sólo un 35% de los votos. Una nueva victoria de Merkel parece estar asegurada, aunque por un margen más estrecho que en los últimos comicios.
Sin ninguna duda, Angela Merkel (Hamburgo, 1954), la dirigente que lleva años marcando el camino a seguir en Europa, es una figura que no deja indiferente a nadie. Es la principal baza del CDU y de su programa electoral. Llegó al poder en 2005 gracias a la grosse Koalition (gran coalición), cuando el Partido Social Demócrata y la Unión Cristiano Demócrata firmaron un acuerdo de más 130 páginas. El objetivo principal de este pacto era recuperar la confianza de la ciudadanía “a través de la creación de empleo”, según anunció la propia Merkel hace ocho años. El entonces líder del SPD, Oskar Lafontaine, alarmó de que la canciller iba a desmantelar el estado del bienestar.
Esta especialista en física y cristiana protestante que militó de joven en las juventudes comunistas protagonizó en marzo de 2012 unas fotos haciendo la compra en un supermercado de Berlín. Dichas imágenes, captadas por un cliente y publicadas por un periódico alemán, causaron muchos comentarios tanto en Alemania como fuera pero, aparentemente, reflejan algo bastante habitual para los ciudadanos de Berlín. Lo que sí puede llamar la atención es que, ese mismo viernes 2 de marzo por la mañana, la canciller alemana había firmado un pacto fiscal en Bruselas –un paquete de austeridad de miles de millones de euros que iban a marcar la política económica de toda Europa durante un largo periodo de tiempo– y sólo seis horas más tarde ya se encontraba en Berlín ocupándose de las tareas domésticas. Ese comportamiento de autoridad política a pie de calle hizo entoces que Merkel se ganara el respeto de muchos electores. Actualmente, Frau Merkel está recibiendo críticas por parte de socialdemócratas y gays al haberse mostrado reacia al derecho de adopción para las parejas homosexuales.
El mayor rival de Merkel, Peer Steinbrück (Hamburgo, 1947), tampoco pasa desapercibido. Después de aparecer el jueves en una publicación alemana con el dedo corazón alzado, en el mes de agosto fue chantajeado por haber tenido trabajando como asistenta del hogar a una mujer filipina sin permiso de residencia en Alemania durante el año 1999, a quien supuestamente pagaba en negro. La esposa de Steinbrück recibió un mensaje anónimo instando al político hamburgués a dimitir. La policía empezó enseguida a investigar y el matrimonio intentó explicar esos hechos.
Este hamburgués padre de tres hijos y licenciado en Económicas se inscribió a las filas socialdemócratas en 1969 y cuenta con una larguísima trayectoria política. Entre 2005 y 2009, durante la primera legislatura de Merkel –tras la grosse Koalition–, fue ministro de Finanzas. Se le considera uno de los hombres del ala más conservadora del SPD. Ha ocupado cargos de responsabilidad: dentro del propio partido, en diferentes länder (estados) alemanes como Schleswig-Holstein y Westfalia del Norte, ha sido coordinador del grupo parlamentario del SPD y secretario de diferentes ministros tanto antes como después de la caída del muro de Berlín.