El riesgo italiano en Alemania
Se espera que las elecciones parlamentarias de Alemania traigan continuidad y estabilidad. Pero puede que marquen el comienzo de un período de parálisis e incertidumbre. Que la política alemana de un giro y se asemeje a la italiana es un escenario posible.
En el peor de los casos, un sostenido estancamiento político en Berlín asustaría a los mercados financieros, retrasaría importantes proyectos de reforma europeos como la unión bancaria e incluso podría reactivar la crisis del euro. Aunque improbable, esa situación es plausible. Esto podría suceder si –contrariamente a lo que muchas encuestas indican actualmente– el partido conservador CDU de Angela Merkel no puede formar una coalición con la formación liberal FDP. Para ello, sería necesario que el FDP no consiguiera reunir el 5% de los votos que necesita para entrar en el parlamento, o que el AfD, el nuevo partido anti euro, obtenga representación en el Bundestag –haciendo que la mayoría sea más difícil de alcanzar–.
Una gran coalición entre la CDU de Merkel y el partido CSU de los socialdemócratas sería la opción de reserva. Ello podría parecer un cambio positivo desde una perspectiva europea. Una gran coalición gozaría de una amplia mayoría parlamentaria, sería algo más pro-europea e incluso podría estar menos interesada en forzar a la periferia de la zona euro a ser austera. La última coalición CDU / SPD que Merkel formó durante su primer mandato funcionó bastante bien .
Pero el SPD no quiere repetir, tras cosechar en las elecciones de 2009 su peor resultado desde 1930. Los socialdemócratas se inclinan a hacer que la CDU pague un alto precio político por un nuevo experimento de coalición.
Pero los socialdemócratas tienen la costumbre de dejarse de juegos políticos cuando la situación se pone seria. Tienden entonces a subordinar la estrategia del partido a la necesidad nacional. Los inversores deben esperar que continúe la tradición el próximo 22 de septiembre.