Turismo de Rolls, turismo de chancla
Un Rolls Royce de alquiler parado en una gasolinera en los alrededores de Benidorm mientras sus dos ocupantes, rusos, pagan. Es una imagen, o la imagen, de la campaña turística de este verano, contada por una compañera de trabajo.
El sector aguanta, probablemente apoyado en los dos extremos del espectro: el turismo de bajo coste y el turismo de extra lujo, reflejado por el mercado ruso. Y, asolado por la crisis, el turismo de interior, mayoritariamente doméstico.
En julio Rusia superó a Francia como tercer origen de turistas alojados en hoteles, con un crecimiento interanual del 14%. En la temporada alta, solo desde el aeropuerto de Barcelona aterrizarán 170 vuelos semanales procedentes de Rusia (dos tercios, chárter). En paralelo, el sector trata de adaptarse como puede a la crisis. Aquí está el gráfico de los precios hoteleros en los últimos años.
¿Ha muerto la clase media (también) en el turismo? Las encuestas turísticas del INE son más que completas, pero es difícil sacar conclusiones tan claras como me gustaría en términos de ocupación. Eso sí, los precios nos pueden dar una aproximación de la salud del sector.
En el caso de los hoteles hemos visto que se han ajustado de forma notable y apenas han crecido desde 2009. Mientras, los precios de los apartamentos han crecido desde principios de 2009 un 25%, los de los campings un 10% y los de los alojamientos de turismo rural se han abaratado un 3% desde 2011, primer dato disponible.
Es decir, asumiendo que los precios reflejan la situación del mercado, efectivamente los apartamentos y campings resisten mejor que los hoteles, por no hablar del turismo rural, donde además de la caída de precios los datos de ocupación sí reflejan una crisis muy aguda. Manda el turismo de sol y playa, ya sea de chancla o de Rolls.