Solo dos de cada 10 jóvenes se emancipa
El Observatorio de la Emancipación del Consejo de la Juventud en España publicó ayer el análisis de los datos del primer trimestre de 2013 sobre la emancipación de la población joven.
Solo dos de cada 10 menores de 30 años viven fuera de su hogar de origen, frente al 25% que residía ya independientemente hace tres años. La caída de la autonomía residencial de los jóvenes habría sido mucho más pronunciada, si no hubieran empezado a aumentar las emigraciones de este sector de la población, apunta el informe.
Por duodécimo trimestre consecutivo, se reduce el número de personas de 16 a 29 años que logra establecerse por cuenta propia, por lo que desde el Observatorio afirman que la edad de abandono del hogar familiar se ha retrasado de modo sostenido durante los últimos cuatro años.
Este estudio, que se alimenta de estadísticas de organismos públicos como la Encuesta de Población Activa de INE, la estadística de contratos del SEPE y la estadística de precios de la vivienda del Ministerio de Fomento, fue presentado ayer por su autor, el sociólogo Joffre López, y la responsable de la Comisión Socioeconómica del CJE, Sheyla Suárez. Durante el acto, explicaron que un joven debería cobrar un 80% más de su salario actual para poder acceder a la compra de una vivienda, teniendo en cuenta que “sólo el 30% del sueldo debería ir destinado a este fin”, según exigen hoy en día las entidades financieras.
A pesar de que el precio general de la vivienda cayó un 37% desde su máximo en 2007, la brecha que separa el poder adquisitivo de los jóvenes de los precios que ofrece este mercado sigue siendo demasiado amplia. El informe explica que durante el boom inmobiliario de 1997 a 2007 los jóvenes estaban excluidos del mercado de la vivienda por su incapacidad para asumir el crecimiento de los precios de la vivienda, que llegaron a superar ritmos del 15% anual. En tal contexto, este sector de la población solo podía acceder a una residencia propia mediante la firma de préstamos hipotecarios de alto riesgo, de plazos de amortización que se podían alargar hasta el fin de la vida laboral o a través de la movilización de capital familiar o social.
Aunque el esfuerzo económico que un joven debe realizar para adquirir una vivienda ha disminuido del 90% hasta el 54,2% de su salario medio, desde el Obsevatorio señalan que este dato no revela una coyuntura especialmente óptima, puesto que ahora el máximo aceptado por las entidades financieras es el 30%.
La reducción del coste de acceso al mercado de la vivienda tiene que matizarse por comunidades autónomas. El País Vasco, la región con el precio de la vivienda más elevado del país (2.501 euros por metro cuadrado, según Fomento), demanda un esfuerzo económico a los jovenes del 78,4% de su salario medio. En el lado opuesto, Extremadura, la región con las residencias más baratas (869 euros por metro cuadrado), sitúa el coste para acceder a la vivienda de los menores de 30 años en un 37,9% de su sueldo medio. No obstante, en ninguna comunidad se logra dedicar menos del 30% del salario, ya sea por el precio de la vivienda o por el sueldo percibido.
Empleo y formación
El Observatorio de la Emancipación también recupera la tasa de paro juvenil que en 5 años ha aumentado 29 puntos porcentuales del 15,6% al 44,6%, sobrepasando el umbral del 50% en Andalucía, Canarias y Extremadura. La comunidad autónoma menos afectada es Madrid, con una tasa del 33,6%.
En términos absolutos, el desempleo en España afecta a 1.841.186 personas de 16 a 29 años. Pero el estudio subraya que ante la imposibilidad de encontrar un primer empleo o la pérdida de uno anterior sin posibilidades de reemplazarlo por otro, muchos jóvenes han “desaparecido” del mercado laboral, “al no hacer ningún tipo de gestión para buscar un puesto de trabajo”.
Muchos menores de 30 años, con o sin empleo, optan por la formación para ampliar el curriculum. Sin embargo, dos últimos datos cuestionan esta opción. Los contratos de más del 50% de los jóvenes que cursaron estudios superiores son temporales. Y casi el 54% de la población entre 16 y 29 años está sobrecualificada para su puesto de trabajo, lo que revela una falta de empleos cualificados.