Unos precios bajo control

El Indice de Precios de Consumo ha descendido en tasa interanual en julio por debajo del 2%, y lo hará de manera más intensa cuando se sobrepase la frontera temporal de septiembre próximo, y se descuenten de la subida de los últimos doce meses los incrementos del Impuesto sobre el Valor Añadido aprobados en 2012 por el Gobierno. Ahora se ha descontado la fuerte subida de los fármacos hace doce meses, así como la de los carburantes, y cuando pueda salir del índice anual el citado tirón del IVA, prácticamente se habrá excluido el componente fiscal de la inflación, que ha condicionado el índice en toda la crisis.

Es cierto que mientras la tasa ha estado en valores relativamente altos, aunque controlados, no se ha producido un trasvase a los costes, fundamentalmente a los salarios, como consecuencia de la fuerte presión que la falta de empleo ejercía sobre el coste laboral. Pero no es menos cierto que tasas de inflación del entorno del 1%, que es como quedará una vez excluida la subida del IVA, se antojan elevadas para una economía con la demanda interna en caída libre y un aparente descenso generalizado de los precios finales en casi todos los sectores. Si los costes se han moderado, tienen que tener su réplica en los precios para no contraer la capacidad de compra y no truncar la recuperación de la economía.