La prima de riesgo se relaja a niveles de hace dos años
Los expertos avisan que septiembre será el momento de comprobar el grado de confianza
El apacible verano que están viviendo los mercados y que ha propiciado que el Ibex regrese a niveles de hace año y medio tiene como soporte la estabilidad de la deuda soberana, verdadero foco de volatilidad desde el inicio de la crisis. El presente mes de agosto marca grandes distancias con el mismo mes de los dos años precedentes.
En 2011, España comenzaba a acusar el castigo común a la periferia europea, que habían sufrido ya por entonces Grecia, Irlanda y Portugal, y se colocó entonces en el disparadero de los inversores. La prima de riesgo trepó aquel verano al entono de los 400 puntos básicos, en un repunte que en aquel entonces parecía insostenible pero que se quedó muy corto ante el agravamiento posterior de los acontecimientos. Un año después, en julio de 2012, la prima de riesgo española se desbordaba hasta los 638 puntos, haciendo temer por un rescate para el conjunto del país que amenazaba con llevarse por delante la propia construcción del euro. Solo las palabras de Mario Draghi y su mensaje de firme apoyo a la zona euro, además de un inédito hasta entonces plan de compra de deuda, evitaron la catástrofe.
Bajo el discurso de Draghi, las aguas se han tranquilizado hasta derivar en un verano de verdadera calma chicha. La prima de riesgo española cotiza estos días en mínimos de los dos últimos años, en el entorno de los 278 puntos básicos. Ha logrado estabilizarse bajo los 300 puntos básicos y existe la percepción de que logrará colocarse en el entorno de los 200 puntos que prevé el Gobierno hacia fin de año, según apunta Javier Casal, experto de deuda de Ahorro Corporación.
La rentabilidad del bono español a diez años, verdadera referencia del coste de financiación del Estado, no ofrece sin embargo la misma mejoría y tiene dificultades para asentarse bajo el 4,5%. Está hoy en el 4,47%, aún a distancia del 4,04% del mínimo anual de mayo.
Hay que remontarse a octubre de 2010 para observar una rentabilidad del bono español de referencia inferior al 4%. “En los últimos meses se ha estado moviendo entre el 4,5% el 4,8%. Cuando alcanzaba el 4,8% entraban las compras y al caer al 4,5%, surgían las ventas. Ahora está en ese nivel y no hay vendedores”, apunta Casal, que explica esta situación en la estabilidad del mercado pero también en una insólita inactividad, la más escasa de los últimos años. Si la media de negociación en la deuda soberana española oscila entre los 4.000 y 5.000 millones de euros al día, en estos días de agosto se desploma a la décima parte, añaden en Ahorro Corporación.
La hora de la verdad, en septiembre
“Una negociación tan baja es anormal, no tiene sentido. Habrá que espera a septiembre para ver hasta qué punto se consolida la mejoría de la deuda soberana española”, añade Casal. De hecho, todavía son numerosas las incertidumbres que pesan sobre la economía española y sobre la zona euro. Las elecciones alemanas que se celebran en septiembre prometen actuar como punto de inflexión de cara al otoño. Será el momento en que, superados los intereses electorales, el gobierno alemán –que previsiblemente seguirá dirigiendo Angela Merkel– se decida a reactivar la agenda europea y a abordar cuestiones candentes como la unión bancaria o la necesidad de un nuevo rescate a Grecia.
La inestabilidad política en Italia es otro foco de preocupación, al igual que el caso Bárcenas en España, que si no ha tenido impacto en la prima de riesgo es por la creencia de los inversores de que, pese a los escándalos, no está amenazada la mayoría absoluta de Mariano Rajoy. En cambio, un curso distinto de los acontecimientos sería con toda seguridad nuevo foco de tensión para la deuda.