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Entrevista a Manuel Sánchez Ortega, consejero delegado de Abengoa

“La reforma no nos gusta, pero el impacto es igual para todos”

En su cargo desde octubre de 2010, este ingeniero y directivo reclama un marco estable para las renovables y augura el colapso del actual modelo energético si no se apuesta por las energías limpias

Manuel Sánchez Ortega, consejero delegado de Abengoa
Manuel Sánchez Ortega, consejero delegado de Abengoa

En Abengoa están deseando, dicen, que el debate sobre las renovables deje de girar sobre las primas y la reforma eléctrica. "Hay que ser capaces de superar esta fase de depresión que vive el país", dice Manuel Sánchez Ortega, quien insiste en el "error de bulto" del Gobierno de no apostar por las energías limpias. "Claro que cambiar de modelo tiene un coste, pero parece que hay gente que no quiere entender que España no tiene gas ni petróleo, y esa situación no va a cambiar en los próximos cien años".

Pregunta. La termosolar... no es la renovable que peor ha quedado parada tras la reforma eléctrica

respuesta. Hay una mala interpretación de ese hecho. La reforma ha hecho tabla rasa para todas las renovables, más o menos del 7,5%% del retorno para todos los proyectos. Si hay algo que no se puede decir es que hay alguien más perjudicado que otro. Si hay algo de esta reforma, que no nos gusta, que se puede decir a su favor, es que ha igualado el impacto en todas las energías renovables.

P. ¿La dan por buena?

"Apostamos por desarrollar conocimiento en España, pero no nuevos proyectos"

r. Tiene una lógica fundamentada con la que no estamos de acuerdo, no confundamos los términos. Lo de antes nos parecían medidas puntuales caprichosas y sin ningún criterio.

P. Decían que no aceptarían ningún atropello a las renovables. ¿Esta reforma lo es?

r. Nosotros tenemos una obligación, que es defender los derechos de los accionistas de Abengoa, y estos se han visto alterados. Sin duda esto cambia las condiciones en las cuales todos los inversores tomamos la decisión de invertir en este sector. Con las condiciones actuales que se han fijado ningún inversor hubiera invertido ni en eólica ni en termosolar ni biomasa ni ciclos combinados. Hay una alteración grande de las condiciones que se pactaron inicialmente. Vamos a seguir defendiendo con nuestros argumentos que hicimos una inversión con una expectativa de acuerdo a lo que decía la ley y el Gobierno, y eso ha cambiado.

P. ¿Cómo les afecta esta reforma?

r. Los proyectos se quedan tremendamente justos pero todos con capacidad de repago de su deuda y sin necesidad de refinanciar ni recapitalizar ninguno de ellos. Nos quedamos con negocios malos pero que van a pagar su deuda.

P. ¿Se quedan con ellos aunque sean malos?

r. Es imposible vender estos negocios hoy en día, no hay compradores. Se defenderán y pagarán su deuda en el plazo que está previsto en los próximos 15 o 20 años.

P. ¿Van a adelgazar sus inversiones en España?

r. No se pueden adelgazar más, las tenemos bajo mínimos. Vamos a terminar lo que está en curso, que es poco, pero ahora mismo no vamos a construir nuevas plantas, no hay entorno para ello. El momento actual invita a todo menos a seguir invirtiendo. Espero que sea la última reforma y se pueda pasar página de este tema y mirar hacia delante.

Lo que está claro es que ahora mismo no hay ninguna voluntad de invertir en España. Las medidas que se han puesto encima de la mesa son de un deterioro tremendamente importante. Un daño gravísimo que se ha hecho al sector ha sido mantenerlo durante año y medio en la incertidumbre. Las nuevas inversiones irán destinadas a sitios donde haya un entorno más favorable para las energías renovables.

P. ¿Qué quedará en España?

r. Hemos abierto un nuevo centro de I+D en Sevilla, y uno de demostración de conversión de residuos en biocombustibles en Salamanca. Apostamos por continuar desarrollando el conocimiento en España, pero de ahí a seguir invirtiendo en proyectos aquí hay un camino largo, y yo creo que tardaremos tiempo en volver a recorrerlo.

P. ¿Dónde están ahora los mercados estratégicos para Abengoa?

r. Sigue cobrando mucha fuerza Estados Unidos, por encima del 25% de las ventas. Estamos muy ilusionados con lo que está pasando en África, allí están el 11% de nuestras ventas, y empezamos a tener presencia en África subsahariana y en Sudáfrica. Latinoamérica seguirá representando un 25% y vamos a seguir creciendo en Oriente Medio y Asia. España supone el 15% de la cifra de negocio de la compañía. Dependeremos cada vez menos de una geografía en particular.

P. Tras la venta de Befesa este año, ¿en qué áreas de negocio se va a enfocar Abengoa?

r. Se ha acabado el ciclo de ventas de negocios en Abengoa. Vendimos Befesa [gestión de residuos] porque era la actividad con menos sinergias con el resto de negocios de la compañía. Nos hemos enfocado en las áreas más estratégicas de Abengoa, que son la generación eléctrica, las renovables y algo de convencionales, la transmisión de electricidad, la desalación de agua y la generación de biocombustibles.

“El futuro: el biocombustible de basura”

Ya no es necesario emplear alimentos para fabricar biocarburantes. "En la película Regreso al futuro los coches se alimentaban con basura. Eso ya es posible. Está sucediendo", comenta Sánchez Ortega. La compañía inauguró el mes pasado en Salamanca su primera planta de biocombustibles a partir de residuos sólidos urbanos. "Las capacidades de producir a partir de desechos es una ventaja tremenda, resuelve dos problemas:los residuos y los combustibles. Si España convirtiese toda la basura en biocarburantes, algo que hoy ya es posible hacer, se estaría produciendo el 30% de la gasolina que se consume en el país".

"Lejos ha quedado la polémica que en los últimos años ha lastrado este sector por acusarlo de utilizar alimentos para llenar el depósito de los coches, cuyo incremento del precio nada tiene que ver con los biocombustibles", afirma el directivo en referencia a un informe del Banco Mundial.

"La nueva era que se abre deja atrás cualquier discusión sobre este tema y abre un mundo". Esta división representa el 30% de la actividad de la compañía y seguirá siendo una apuesta importante por las perspectivas que ofrece gracias a los países emergentes, que empiezan a subirse al tren del desarrollo económico de los industrializados. "El número de coches crece en India, en China. O somos capaces de encontrar soluciones alternativas a la gasolina o habrá un gran problema de suministro".

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