El empuje del comercio exterior
No cabe la menor duda de que el comercio exterior es la gran esperanza blanca de la recuperación en España. Mes tras mes, es prácticamente el único indicador que se empeña en dar buenas noticias a la deprimida salud de la economía nacional. Y el de mayo no ha sido una excepción. Las exportaciones siguen aumentando su ritmo de crecimiento, en esta ocasión un 7,3%, en tanto que las importaciones –sin contar el efecto precio– continúan cayendo. Ello da como resultado que en mayo se rozó el equilibrio de la balanza comercial, dado que el desfase fue tan solo de 27,5 millones. En los cinco primeros meses del año, las exportaciones acumulan un alza del 7,4%, en tanto que las importaciones pierden un 3,2%. Con ello, la balanza presenta un desfase de 5.717 millones, lo que supone un 64,1% menos que en el mismo periodo del ejercicio anterior. Al margen de lo que dictan los números en bruto, el comportamiento comercial de la economía española presenta otros rasgos significativos y esperanzadores:el superávit no energético crece a un ritmo del 70%, el déficit energético prosigue a la baja y disminuye la dependencia del comercio con los tradicionales socios comunitarios, en beneficio de los mercados emergentes más pujantes, así como de varias zonas de África en franco crecimiento.