Murray, ejemplo para los bancos
Los británicos aceptaron que nunca serían los mejores jugadores de tenis, y en su lugar depositaron su satisfacción en la organización de un evento que atraía a los mejores talentos del extranjero, Wimbledon. Igual que en las finanzas. Tras el Big Bang de la liberalización en 1986, Londres se convirtió en un lugar donde prosperaron los bancos extranjeros. Ahora, la victoria del escocés Andy Murray en la final individual masculina del torneo el domingo ha robado al sector financiero británico esta reconfortante analogía.
Puede que el tenis se perciba como un deporte para los privilegiados, pero, en términos de negocio, es claramente competitivo y los mayores premios se pueden disputar. Murray fue criado en Dunblane, un pequeño pueblo de Escocia con otra trágica historia --un atroz tiroteo que tuvo lugar durante su infancia. Su éxito deportivo refleja la persistencia, la mejora en su juego y el haber conseguido el entrenador adecuado. Este año, descubrió un nuevo nivel --y tal vez tuvo algo de suerte.
Mientras tanto, el sector financiero del Reino Unido se siente atascado, como el tenis en los años previos a la llegada de Murray, cuando esperanza autóctona era eliminada en primera ronda año tras año. De acuerdo, HSBC lo está haciendo bien. Rothschild, también. Pero no hay ningún gran nombre que conjurar en banca de inversión –no hay un Andy Murray financiero.
Esta toma extranjera de la City se atribuye a más ética laboral, profesionalidad y sabiduría estratégica. Si el tenis es algún tipo de guía, puede que lleve mucho tiempo recuperar el dominio perdido-- el último británico en ganar los individuales masculinos en Wimbledon fue Fred Perry en 1936.
¿Qué puede aprender la banca británica de Murray? Él parecía lejano y distante, pero recientemente cambió. Lloró públicamente después de perder en Wimbledon en 2012. Este año, reconoció con humildad que podría no ganar nunca el campeonato. El público lo respaldó y quería que ganara. Y así lo hizo.