La banca deberá sufragar el coste de la autoridad europea de resolución
Con un ligero retraso sobre el calendario previsto (mediados de junio), la Comisión Europea espera aprobar pasado mañana la creación de un mecanismo europeo de resolución bancaria, compuesto por una autoridad centralizada y un fondo común.
Las entidades bancarias también deberán contribuir con una tasa a la financiación de la autoridad de resolución, que según los últimos borradores del proyecto contará con unos 150 empleados.
Además, como ya es sabido, lo bancos deberán nutrir el fondo común de resolución, aunque se prevé que en el momento de su puesta en marcha (hacia 2015) se incorporen, al menos en parte, los remanentes disponibles en los fondos nacionales de resolución y de garantía de depósitos.
El proyecto, según la CE, supondrá “un punto de inflexión en el proceso de integración de la zona euro y de la UE en general”. Por primera vez, Bruselas podrá ordenar la recapitalización o liquidación de las entidades financieras sometidas a la vigilancia del mecanismo único de supervisión.
El Banco Central Europeo, que espera asumir el año que viene esa tarea de supervisión, considera imprescindible el establecimiento del mecanismo de resolución. Y ha advertido que sin la creación de ese instrumento, su credibilidad como supervisor podría quedar muy pronto en entredicho.
La comunitarización de los fondos de resolución, sin embargo, plantea serios problemas en Berlín. El ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, considera que ese paso requiere una reforma del Tratado de la UE.
Bruselas no comparte ese punto de vista. “Resulta curioso que un ministro de Finanzas se dedique a hacer la valoración jurídica de un proyecto legislativo”, ironizan fuentes comunitarias.
El organismo presidido por José Manuel Barroso teme que supeditar la creación del mecanismo a una reforma del Tratado retrase de indefinidamente el proyecto.
La última palabra
Pero el debate jurídico oculta también una lucha de competencias. La Comisión quiere reservarse la última palabra en la decisión sobre la intervención de un banco. La reforma del Tratado, en cambio, permitiría la creación de un nuevo organismo que asumiera ese poder en detrimento de la CE. Bruselas vislumbra la misma amenaza en la propuesta de Berlín de fusión el fondo de resolución con el de rescate, que no depende de la CE.