Frescura en Liberty Seguros
Enrique Huerta trabaja en un cómodo espacio, próximo al equipo
Es uno de los ejecutivos más jóvenes del sector asegurador. Enrique Huerta, nacido en Cáceres (un ligero acento le delata, a pesar de que lleva dos décadas viviendo en Madrid) hace 42 años y licenciado en Económicas por Icade, es desde hace dos años el máximo responsable de Liberty Seguros (donde se agrupan Liberty Seguros, Génesis y Regal), una compañía que ha buscado con este nombramiento un cambio de estilo en el ambiente y en la cultura de trabajo. En una pizarra de su despacho tiene escrita la siguiente palabra, a modo de hashtag, toda una declaración de principios: #actitudpositiva. “Es importante el ambiente que se genere”, asegura, mientras se oye de fondo la algarabía formada por los empleados de la sede madrileña de la aseguradora, que en ese momento celebraba, con globos, cánticos y medallas, una entrega de premios a aquellos que mejor actitud positiva tienen, uno de los valores de la compañía.
El despacho que ocupa Enrique Huerta se encuentra en la quinta planta del edificio Génesis, en el Campo de las Naciones, un espacio abuhardillado que se caracteriza por su luminosidad y ligereza estética, y por el toque industrial que le dan dos vigas de hierro en medio de la estancia. El mobiliario tiene forma orgánica, las mesas tienen un diseño casi triangular, que aportan modernidad al espacio. Esta oficina ha sido bautizada con el nombre de Edificio Tierra, y toda la decoración y colorido se basa en esa temática; la de Barcelona gira en torno al mar, y la de Bilbao rinde homenaje al aire.
Hace tres años acometieron la reforma para integrar a la plantilla madrileña en el vistoso edificio de cristales en color bronce adquirido en los años noventa por Génesis. “Hemos dado prioridad a la plantilla, buscando la comodidad y favoreciendo el trabajo en equipo”.
Y es el propio Huerta quien se encarga de enseñar los espacios más relevantes de la oficina, desde las impresionantes vistas sobre Madrid o la zona de relax bautizada como chill-out al área de lectura de periódicos (en papel), los vestuarios donde los empleados –“vamos en grupos”– se cambian el atuendo para salir a correr a mediodía por el Parque Juan Carlos I o el rincón donde guardan unas cuantas bicicletas para todo aquel que desee utilizarlas, un ping-pong o un futbolín. “Queremos que el lugar de trabajo, con grandes espacios abiertos, refleje esa cultura de trabajo, donde compartamos vivencias y haya cercanía. En las encuestas internas se aprecia todo este cambio”.
Enrique Huerta no le tiene apego al despacho ni querencia por los objetos materiales. “No paso mucho tiempo encerrado entre cuatro paredes porque me gusta estar cerca de la gente, entender todo lo que ocurre, escuchar a todo el mundo y que todos sepamos en qué medida contribuimos a que el cliente esté satisfecho”, afirma.
En la plantilla trabajan 1.150 empleados y existe una norma por la que cada uno de ellos, incluido el consejero delegado, tiene que llamar una vez al año a un par de clientes para conocer qué opinión tienen estos de la compañía.
Enrique Huerta llegó a Liberty Seguros en el año 2000, tras la fusión de la aseguradora con The Hartford, compañía para la que trabajaba en Bilbao. Comenzó su carrera en Andersen Consulting, donde su primer proyecto como consultor fue precisamente para una empresa de seguros.
En 2004 decidió hacer un Executive MBA en el campus que tenía la Universidad de Chicago en Barcelona, que le permitió, además de conocer a profesionales de otros lugares del mundo, adquirir el conocimiento necesario para estar más próximo a la esencia del negocio. “Soy afortunado porque he tenido la suerte de trabajar en distintas áreas de la compañía, pero también esta me ha dado grandes oportunidades”.
Su visión de la gestión es sencilla: conseguir que los empleados estén involucrados, no solo en los objetivos económicos, “en el qué pero también en el cómo”.
Cinco años de bipolaridad
En su despacho destaca una pizarra, con algunas frases que no quiere olvidar. Por ejemplo, una escrita en inglés, que dice: “La vida no es esperar que la tormenta pase, sino aprender a bailar bajo la lluvia”. Le gusta no olvidar que, a pesar de habitar el despacho más importante de la compañía, tiene los pies a ras de suelo. Además se define como una persona muy práctica, cualidad aprendida en sus años de colegios mayores.
En el despacho destaca una vitrina pequeña dedicada a los trofeos y recuerdos de actividades deportivas, de cuyo patrocinio participa Liberty Seguros. Por ejemplo, del Plan Adop Paralímpico. Yguarda con verdadero cariño una fotografía del equipo español cuando los visitó en Londres, durante los últimos Juegos Olímpicos. “Es emocionante ver los logros de estos deportistas y sus historias de superación. Estamos muy involucrados en ayudar a discapacitados”, señala Huerta, que también confiesa su afición por el baloncesto, al que también le reserva un espacio en su lugar de trabajo. Guarda varios trofeos y recuerdos, ya que una de las marcas del grupo, Regal, patrocinaba hasta esta temporada al equipo de baloncesto del Barcelona. “Tenía sentimientos encontrados porque soy del Real Madrid. Han sido cinco años de bipolaridad”.
Yen un lugar preferente, la fotografía de su hijo de cinco meses, Enrique, que le hace mirar cada tarde el reloj para intentar llegar a la hora del baño a casa. “Suelo llegar sobre las nueve de la mañana y me voy cerca de las nueve de la noche. No soy consciente del tiempo que paso aquí”. Ycerca del bebé está, como no podía ser de otra manera, Rizo, la mascota de Génesis.