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Tribuna
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Un nuevo paradigma de negocio: la empresa social

En los últimos años estamos asistiendo a una revolución en el enfoque empresarial como respuesta a la necesidad de crear nuevas estrategias de negocio capaces de afrontar los problemas económico-sociales. Así, surge el espíritu del emprendimiento social, que se traduce en un innovador modelo estratégico de negocio denominado Empresa Social, concepto que engloba tanto a entidades sin ánimo de lucro como a sociedades mercantiles, siempre que su principal objetivo sea la búsqueda de beneficio social.

Una de cada cuatro nuevas empresas que se crean cada año en Europa atiende al modelo de empresa social, representando en su conjunto un 10% del PIB y un 6% del empleo a nivel europeo.

Dada su fuerte relevancia, la Comisión Europea (CE) ha puesto en marcha un plan de fomento 2014-2020 de apoyo al emprendimiento social, que incluye tres líneas básicas de actuación: mejorar el acceso a la financiación, el entorno jurídico y la visibilidad.

Una de las medidas planteadas consiste en el apoyo a los fondos especializados en la inversión en las empresas sociales. Para ello la CE ha creado la Marca de Fondo Europeo, aplicable a las Entidades de Fondos de Inversión Libre y a las Entidades de Capital Riesgo Social, que invierten recursos en empresas sociales. En este sentido, el requisito para que una entidad de inversión obtenga la marca de fondo europeo es estar regulada por las autoridades del estado miembro donde opere, correspondiendo en el caso de España dicho cometido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Así, en España contamos con el Fondo BBVA Microfinanzas como entidad de Fondo de Inversión Libre, y entre las entidades de Capital Riesgo Social destaca la Isis Capital, primera entidad de capital riesgo social orientada a la realización de inversiones en empresas sociales.

En cuanto a la forma jurídica, no existe en Europa una figura determinada para el desarrollo de la empresa social, por lo que a priori cualquiera de las existentes podría ser adoptada para su creación. Al respecto, la CE ha propuesto la creación de estatutos que regulen las formas jurídicas sociales a nivel europeo, estando ya definido el Reglamento de la Cooperativa Europea, y en desarrollo el Estatuto de la Fundación Europea y de la Mutua Europea. No obstante, cabe señalar que en España la asociación Up social ha propuesto al Gobierno la creación de una forma jurídica orientada a desarrollarse como empresa social denominada “sociedad de responsabilidad limitada de interés general”.

Para asegurar la visibilidad de las empresas sociales, la CE está trabajando de forma activa en su futuro desarrollo, si bien es cierto que se trata de la medida menos desarrollada, no existiendo actualmente en Europa un mecanismo dinámico que acredite la implantación de responsabilidad social en el seno de una empresa, lo que sin duda resulta paradójico, ya que debería ser el foco de atención previo.

En el contexto descrito, nuestra investigación se ha centrado en analizar qué está ocurriendo en otros países donde este ámbito está mucho más desarrollado.

Así, en EE UU, existe una forma jurídica específica para la creación de empresas sociales, las cuales se denominan genéricamente Benefit Corporations, existiendo desde 2007 un modelo de certificación oficial para la implantación de la responsabilidad social en dichas empresas, denominado B Impact Rating System.

La organización sin ánimo de lucro B-Lab es la promotora de este tipo de certificaciones, contando para ello con un consejo asesor encargado de definir los requisitos fundamentales que deben cumplir las empresas sociales, al que recientemente (marzo 2012) se incorporó la Empresa B, entidad emisora de certificaciones en América Latina. En la web Bcorporation, las empresas pueden autoevaluarse para conocer el grado de implantación de responsabilidad social que poseen.

En resumen, en los actuales momentos se acentúa la necesidad de impulsar la creación de empresas sociales, para cuyo cometido es necesario fomentar la colaboración de profesionales para la puesta en marcha de los oportunos modelos de certificación, posibilitando un salto cualitativo en la Responsabilidad Social Corporativa hacia un nuevo enfoque: la empresa social.

Artículo Ganador del Premio AECA 2013 (Asociación Española de Contabilidad y Administración de Empresas)

Manuela Guzmán y Carmen María Guzmán son doctorandas de la Universidad Politécnica de Cartagena

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