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Según el Banco de Pagos Internacionales

España, uno de los países que más ha mejorado su productividad

Entre 2010 y 2012, los costes laborales unitarios en España cayeron 2 puntos al año y 4,4 puntos respecto al promedio de costes laborales unitarios de sus socios comerciales.

España e Irlanda figuran en el reducido grupo de países que han experimentado aumentos de productividad con rapidez después de que los sectores menos productivos aplicaran drásticas medidas de recortes de personal.

Así se desprende del informe anual del Banco de Pagos Internacionales (BPI), publicado hoy, en el que analiza la situación económica global y de los mercados financieros internacionales.

“Al pertenecer a una unión monetaria, Irlanda y España solo podían recuperar competitividad reduciendo de forma significativa sus costes laborales unitarios, lo que hicieron despidiendo personal”, dice el BPI.

Entre 2010 y 2012, los costes laborales unitarios en España cayeron 2 puntos al año y 4,4 puntos respecto al promedio de costes laborales unitarios de sus socios comerciales, un dato este último que contrasta con el incremento medio del 2,9 por ciento anual registrado entre 2000 y 2008.

Aún no se comprenden plenamente las razones por las que el empleo y el crecimiento de la productividad se debilitaron tanto en un gran número de países. Podría ser que el Producto Interior Bruto tendencial y el crecimiento de la productividad hubieran empezado a debilitarse ya antes de la crisis.

En las principales economías avanzadas, el crecimiento de la productividad del trabajo y del Producto Interior Bruto real a largo plazo comenzó a frenarse muchos años antes de que estallara la crisis en 2007-08. Parte de la ralentización de la actividad económica puede haberse producido por razones ajenas a la crisis financiera.

La crisis agravó la fase de desaceleración económica, pero no fue la única causa. En el caso de España, la productividad laboral cayó en el periodo anterior a la crisis.

El bajo crecimiento de la productividad en España no estuvo motivado por el traspaso de trabajadores al sector de la construcción, sino por el escaso incremento de productividad en los distintos sectores debido a rigideces del mercado de trabajo y reglamentaciones que afectan a la actividad empresarial.

En España e Irlanda las pérdidas de empleo tras la crisis se concentraron en sectores específicos en mucha mayor medida que en Alemania o Japón, países estos que no experimentaron fuertes caídas en construcción y vivienda. Alemania y Japón “importaron” la crisis a través de los canales comerciales y financieros.

De hecho, la ralentización del crecimiento ha resultado ser mayor en países con fuertes desequilibrios sectoriales que en otros donde la desaceleración cíclica estuvo más repartida entre los distintos sectores .

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