Beneficio inesperado
El nuevo proyecto de ley minera presentado por la presidenta barasileña Dilma Rousseff el martes es un cajón de sastre. No hace mención a un impuesto sobre los beneficios extraordinarios, pero los royalties podrían duplicarse. El mercado esperaba algo peor, pero un impuesto sobre los ingresos de la mina en lugar de sobre los beneficios todavía haría menos viables los futuros proyectos y las inversiones podrían mermar.
Tras la noticia, la subida del 2% de las acciones de Vale, la mayor productora mundial de mineral de hierro, indican lo contrario. Pero la respuesta puede reflejar simplemente el alivio inversor de que la nueva normativa no fuera más onerosa.
El incremento de los royalties, que estarán dirigidos a los ingresos brutos después de impuestos en lugar de a los beneficios, ayudarán al gobierno a recaudar más dinero en menos tiempo. Murilo Ferreira, jefe de Vale, cree que los ingresos por este medio podrían aumentar de 1.700 millones de reales a 4.200 millones de reales (1.900 millones de dólares). Eso significa que las nuevas minas tardarán más tiempo en ser rentables, lo que podría aplastar la inversión.
Vale ya está bajo presión debido a una disputa de impuestos con el gobierno brasileño y a la incierta demanda china de mineral de hierro. La compañía también tendrá que pagar ahora los royalties antes de deducir los gastos de transporte, no después. Eso hará que sea más difícil competir contra los rivales centrados en Australia que gozan de ventajas en el coste del envío del mineral a Asia.
El hecho de que las cosas podrían haber sido peores que hace que el alivio de los inversores de Vale sea comprensible. Pero también puede ser que dure poco.