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Tribuna
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No sobran jóvenes, faltan puestos de trabajo

Construir un sistema de formación profesional de calidad cuesta años e importantes inversiones, evaluar sus resultados y modificar aquello que puede mejorar. Desde la transformación de nuestro sistema en la Logse se han realizado avances que se han traducido en el crecimiento continuado de matriculación y en un mayor reconocimiento social. La Logse concibió este nivel como una formación basada en competencias, siendo la primera vez que se incluía este concepto en la educación, y, además, incluyó, en todos los ciclos formativos, un módulo obligatorio de formación en empresas, de tal forma que ningún estudiante concluyera su formación sin haber desarrollado un trabajo en condiciones reales, al menos durante tres meses. La Logse incluyó ya el concepto de dual en la Formación Profesional.

La estructura de nuestro sistema productivo, el tamaño de nuestras empresas y la poca tradición de éstas en la participación en la FP no permitían establecer una formación profesional como la dual alemana, pero los sucesivos avances en la normativa y en la gestión han permitido realizar experiencias similares a la FP dual alemana. Nuestro sistema ha alcanzado grandes logros, las empresas reconocen el buen trabajo del profesorado en el centro y la formación obtenida por el alumnado, de tal forma que la inserción profesional se manifestaba cada vez más creciente, el 40% se quedaba contratado en la empresa donde realizaba sus prácticas y en un horizonte temporal de seis meses casi el 100% estaba trabajando o continuaba estudios en la universidad.

Desde hace mucho tiempo vienen accediendo a la FP alumnos con muy buenos expedientes y, es más, casi todos los ciclos de grado superior cuentan con universitarios entre los matriculados porque su inserción profesional mejora. Hay estudios que indican que el 10% del alumnado de CFGS son universitarios. Desde el inicio de la crisis comenzó a producirse una destrucción de empleo brutal que ha afectado a jóvenes y a mayores, a titulados en FP, a titulados universitarios y a personas con amplia experiencia laboral. Por tanto, culpar al sistema de FP del desempleo juvenil ha sido un golpe bajo al sistema, sobretodo, porque se ha hecho desde la más alta autoridad de educación del Estado. La FP dual alemana no mejora nuestro sistema. Si lo que requiere nuestro modelo es aumentar el número de horas de prácticas en empresas se puede, y se debe hacer, sin devaluar su funcionamiento. Debemos aspirar a superar la FP dual de Alemania, corrigiendo sus defectos, y atender a las necesidades de nuestro sistema productivo e, incluso, a la evolución creciente que tiene la FP que se desarrolla completamente en los centros educativos de Alemania de forma parecida a la nuestra, siendo en la dual donde más plazas vacantes quedan.

La evolución del ministro Wert en esta materia ha pasado desde la más absoluta ignorancia (“la FP es una formación de segundo orden” o “ha sido un fracaso”) a, una vez atisbada la realidad, pasar a decir que el sistema dual no podrá generalizarse y que convivirá con nuestro sistema, y con ello podemos afirmar que el ministro Wert no ha inventado la pólvora. Pero debe seguir conociendo más el sistema de FP para valorarlo, pues con las modificaciones incluidas en la Lomce se intuye que este sistema está dirigido al alumnado con menor rendimiento educativo, creando un sistema paralelo al ordinario que en nada expresa la necesaria valoración de la FP

En definitiva, la FP necesita impulsos, mejorar lo que tenemos, aprovechar las mejores prácticas de otros países, poniendo en marcha proyectos que garanticen el aumento de la calidad y la excelencia en este sistema que esta llamado a ser el nivel de cualificación que ocupará el 70% de los puestos de trabajo de las empresas en un nuevo modelo productivo que requerirá grandes dosis de productividad y de innovación. La FP tiene que preparar a los jóvenes en sectores emergentes, debe conseguir personas capaces para investigar y desarrollar productos para una industria avanzada, que desarrolle las nuevas tecnologías, que atienda las nuevas necesidades en mecatrónica, en biotecnología, nanotecnología, sin olvidar la necesaria formación de idiomas. Los esfuerzos para alcanzar una formación profesional de calidad deben ser importantes para responder en nuestro país a las necesidades futuras de la economía y, sin embargo se están dedicando esfuerzos por procurar la “movilidad exterior de nuestros jóvenes” reduciendo así el principal factor con el que contamos. Y es que el Gobierno debe entender que ha de tomar medidas para reactivar la economía, porque nos faltan puestos de trabajo, no nos sobran jóvenes.

Mª José Vázquez es portavoz adjunta de Hacienda del Grupo Parlamentario Socialista

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