La Caixa pasa a la acción social directa
La Caixa acaba de abrir una puerta al optimismo para el creciente grupo de desfavorecidos en España con la creación de la Fundación de la Esperanza. El presidente de La Caixa y de la Fundación La Caixa inauguró la semana pasada en Barcelona el Centro Comunitario de Acción Social, el equipamiento a través del cual la Fundación de la Esperanza inicia su actividad con el objetivo de luchar contra la pobreza y la exclusión social.
Su puesta en marcha supone un giro en la política de acción social de la entidad, que ahora se realiza de forma directa. “Hoy es un día muy simbólico para La Caixa porque arranca la acción social directa”, destacó Jaime Lanaspa, director general de la Fundación La Caixa, en la inauguración del centro. “La acción social de la entidad tiene como objetivo dar oportunidades a las personas que más lo necesitan trabajando para que puedan aspirar a un futuro mejor”, señaló Fainé en el mismo acto.
La Fundación de la Esperanza, que es de ámbito estatal y cuenta con un presupuesto de 60 millones, nace con el objetivo de ofrecer atención directa a personas en situación de pobreza y exclusión (hasta 100.000 beneficiarios al año), poniendo a su disposición recursos para cubrir sus necesidades básicas inmediatas, así como herramientas para facilitar su inclusión en la sociedad y la mejora de su calidad de vida. “Queremos dar una respuesta aún más eficiente a los grandes retos sociales que plantea la actual coyuntura, acercándonos más a los ciudadanos, especialmente a aquellos que pasan por situaciones de dificultad”, resaltó Fainé.
El Centro Comunitario de Acción Social ofrecerá a sus beneficiarios itinerarios personalizados en cuatro fases: acogida, información y orientación; atención a las necesidades básicas; acompañamiento en la recuperación a medio plazo, y potenciación de las capacidades para una transformación a largo plazo. El centro está ubicado en el barrio Gòtic, en la sede de la Congregación de Nuestra Señora de la Esperanza, vinculada a La Caixa desde 1923. De ámbito provincial, tiene un presupuesto anual de dos millones de euros y capacidad para atender a 1.000 beneficiarios al año. Jaime Lanaspa destaca que “se trata de un modelo exportable. Quiere ser un centro emblemático de transferencia y exportación a otros lugares: de Barcelona al resto de Cataluña, de Cataluña al resto de España”.
El nuevo centro pondrá a disposición de los ciudadanos los principales programas de la Obra Social La Caixa dirigidos a luchar contra la exclusión: CaixaProinfancia; Incorpora, de integración laboral de colectivos desfavorecidos; Personas Mayores; Enfermos Avanzados, de acompañamiento de personas con enfermedades avanzadas; Violencia: Tolerancia Cero; Intervención Comunitaria Intercultural (gestión de la diversidad cultural), y Voluntariado, con 5.000 voluntarios corporativos de La Caixa.
A estos programas se añade la Casa de Receso de la Congregación de Nuestra Señora de la Esperanza. Rehabilitada por la Obra Social La Caixa, en ella se han invertido 2,8 millones de euros. Tiene 500.000 euros de presupuesto anual para su funcionamiento y ofrece 41 plazas de residencia para mujeres en situación de vulnerabilidad social y/o económica, que pasan un tiempo estimado de estancia entre dos meses y dos años, en función de su itinerario personal de inserción.
Un compromiso histórico
La Real, Ilustre y Venerable Congregación de Nuestra Señora de la Esperanza y Salvación de las Almas de Barcelona fue fundada en 1740 por Gaspar Sanz de Antona, entonces gobernador militar y político de la ciudad. En 1744 se ponía en marcha la Casa de Receso, de ayuda a mujeres. En 1749 la Congregación creó el Monte de Piedad. Para garantizar la continuidad de la orden, a finales de 1922 recurrió a la Caja de Pensiones para la Vejez y de Ahorros. Su fundador y primer director, Francesc de Moragas, les propuso la fusión de las distintas modalidades de acción social de la Congregación con la Caja de Pensiones. El 1936 la Congregación se instaló en su actual ubicación, en la calle Palma de Sant Just, en dos edificios adyacentes situados, curiosamente, a pocos metros de la casa natal de Moragas.