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Columna
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Turkish Airlines puede despegar

Lo último que el masificado sector europeo de la aviación necesita ahora es a Turkish Airlines. La ambiciosa compañía nacional turca va a duplicar su flota y tirar la casa por la ventana con un costoso marketing en un intento por auparse hasta el top 10 mundial. Tal y como están las cosas, parece una quimera. Aunque, las acciones han funcionado bien y parece que puede aspirar a más.

La galardonada aerolínea se ha convertido en un símbolo de la abierta visión de crecimiento de Turquía, que pretende sacarle todo el rendimiento a la posición de Estambul como puerta de enlace entre oriente y occidente. El nuevo aeropuerto de Estambul, que se inaugurará en 2017, será uno de los más grandes del mundo.

La estrategia de explotar Estambul como base internacional tiene algunos precedentes. Las grandes aerolíneas del Golfo - Emirates, Qatar Airways y Etihad - han alcanzado el éxito a medida que sus ciudades se ha ido convirtiendo en un nudos de comunicaciones. Turkish Airlines no tiene la capacidad económica de sus compañeros del Golfo, pero sí un gran mercado nacional de 75 millones de personas.

Por si fuera poco, los planes de la aerolínea parecen realistas. El objetivo de conseguir doblar sus pasajeros y llegar a transportar 90 millones de personas al año de aquí a 2020 implica una tasa anual compuesta de crecimiento del 10%, frente al 16% registrado entre 2004 y 2012.

Suponiendo quese alcancen las previsiones, el reto será aprovecharla sin dejar que aumenten los costes o que baje la calidad. El consejero delegado, Temel Kotil, ha negado las informaciones sobre una lucha interna en la dirección y se tomará un breve descanso para cuidar de su padre enfermo.

Las acciones de Turkish Airlines subieron un 204% en el año pasado, pero su cotización todavía se encuentra por debajo de la de otras compañías como Lufthansa, que se ha visto obligado a suspender su dividendo, o Air China, que crece con mucha rapidez. El freno es la incertidumbre sobre la participación del 49% que posee el gobierno turco. Pero su buen funcionamiento debería favorecer que se deshaga de todos los lastres.

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