_
_
_
_
_
Reducir la factura fiscal mediante aportaciones a planes de pensiones

Más ahorro privado para menor pensión

Algunos de ustedes habrán esbozado una sonrisa al cumplimentar su declaración de la renta. El ahorro-previsión tiene su recompensa anual al hacer las cuentas con Hacienda. Ya saben: las contribuciones a planes de pensiones reducen la base imponible del IRPF, con un límite de 10.000 euros anuales (12.500 para contribuyentes mayores de 50 años) o bien del 30% de la suma del rendimiento neto del trabajo y actividades económicas (50% si se tiene más de 50 años).

Esa es la situación actual, sin embargo la mayoría de los expertos piden otros incentivos para animar al ciudadano medio (y a las empresas) a que piense en la jubilación, máxime cuando los recortes de las pensiones públicas han empezado a ser una realidad que se irá acentuando con el paso del tiempo.

En Inverco llevan tiempo reclamando una doble mejora. Por el lado de las prestaciones, proponen recuperar la exención del 40% en el rescate en forma de capital, una medida que estuvo vigente hasta 2006 y que, según su director general, Ángel Martínez-Aldama, debería extenderse también a las prestaciones en forma de renta o, en su defecto, tratar las prestaciones como rendimientos de capital mobiliario. Respecto a las aportaciones, “deberían separarse los límites de aportación del sistema individual de los del sistema de empleo, así como un incremento de los mismos, recuperando también el sistema vigente hasta 2006”, señala.

El Foro de Expertos del Instituto Aviva de Ahorro y Pensiones ha reiterado, tras recientes reformas, la necesidad de contar con elementos de incentivación del ahorro a largo plazo y, dentro de esas medidas, hacen hincapié en las de carácter fiscal. Pese a ello, se muestran críticos con los constantes cambios legislativos en materia fiscal que en su opinión no favorecen la planificación ni el uso de estos instrumentos.

10.000 euros de aportación a un plan de pensiones, 12.500 para mayores de 50 años, es el límite deducible.

Desde Towers Watson no ven mucho recorrido de mejora en la fiscalidad dada la situación económica del país, no obstante sí creen que el Gobierno debería crear un marco regulatorio adecuado para que las rentabilidades de los ahorradores sean mejores. “Consideramos que debería canalizar el ahorro hacia productos colectivos en detrimento de los individuales, ya que estos han conseguido históricamente mejor rentabilidad que los individuales”, reflexiona Gregorio Gil de Rozas, responsable de Retirement Solutions.

48% es la proporción de población ocupada en España que cuenta con un plan de pensiones privado.

“El primer cambio fiscal que debería aprobarse es volver a la separación del tratamiento fiscal de los límites de aportación en los sistemas de empleo y en los individuales, que hoy en día es conjunto, ya que las soluciones para el desarrollo de cada una de ellas son totalmente diferentes”, reclama Álvaro Monterde, experto de previsión social de March JLT, quien también opina que la fiscalidad tendría que promover el rescate en forma de renta, ya que el cobro de una pensión es lo que responde al sentido de la previsión social, que es proteger después de la jubilación.

Jorge Rabadán, socio de Augeo Consulting Group, es partidario de fomentar las aportaciones de las empresas a los planes de pensiones de los trabajadores, “no solo porque sean deducibles en el impuesto sobre sociedades, sino por la implementación de incentivos adicionales tales como deducciones en la cuota o medidas no fiscales como rebajas del coste de la Seguridad Social al que debe hacer frente la empresa, por ejemplo”.

Juan Fernando Robles, profesor del área de banca y finanzas del Centro de Estudios Financieros (CEF), por su parte, aboga por aumentar los límites de deducciones anuales y “para determinados colectivos, como por ejemplo los autónomos, podría minorarse la base de cotización a la Seguridad Social en el supuesto de que se tuviera un plan de pensiones privado complementario”.

Archivado En

_
_