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El Foco
Tribuna
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Forme a su plantilla casi gratis

Lo dice nuestro Gobierno y lo afirman las cifras: España necesita aumentar su competitividad con urgencia y una de las formas de lograrlo es mejorar la formación de los trabajadores. Tenemos a jóvenes “hipercualificados” -no tantos-, licenciados, con másters y que dominan varios idiomas, pero sin experiencia y cuyo perfil muchas veces no se ajusta a lo que demanda el mercado. A la vez, contamos con una mayoría de personas que abandonaron sus estudios en el “boom del ladrillo” y que ahora no tienen trabajo ni perspectivas. Así hemos llegado a un desempleo juvenil que supera el 55%. A esto se suman muchos mayores de 45 años que no se han ocupado de “ponerse al día”.

No sólo eso. Desde Arrabe Asesores acabamos de realizar una encuesta y sólo el 28% de las empresas privadas españolas ofrecerá formación a sus empleados en 2013. Esto supondrá que apenas unos tres millones de trabajadores del sector privado participarán en cursos para reciclarse o mejorar su capacitación, es decir, solo un 25% del total.

Solo el 25% de los trabajadores del sector privado recibirá cursos para reciclarse en 2013

Todo esto se podría entender si los cursos supusieran un gran desembolso para las empresas. Sin embargo, existe un gran fondo de formación bonificada que las pymes no utilizan. Aún hay muchas compañías que ignoran que pueden recuperar todo o parte del precio de la formación de sus trabajadores descontando esa cantidad de las cotizaciones a la Seguridad Social. Así, pueden formar a parte de su equipo gratis o a muy bajo coste.

Las empresas no podemos perder esta oportunidad. Ampliar los conocimientos beneficia a los empleados, que mejoran su cualificación y aumentan las posibilidades de promoción, y a las compañías, que contarán con equipos mucho más productivos y motivados. 

La formación continua es una herramienta imprescindible para retener y desarrollar el talento y aumentar el compromiso de la plantilla.

Los recursos que financian esta actividad provienen de la recaudación de las cuotas por formación profesional que realiza la Seguridad Social, de las ayudas del Fondo Social Europeo y de las aportaciones que haga el Estado a través del presupuesto del Servicio Público de Empleo Estatal. Además, existen aportaciones autonómicas.Todas las empresas tiene derecho, cada año, a una serie de créditos, para que sus empleados asistan a cursos, a través de entidades públicas o privadas. 

Las empresas tienen derecho a créditos anuales para que sus empleados acudan a cursos de formación

El número de créditos para cada empresa está en función del número de trabajadores y las cantidades aportadas a la Seguridad Social en este concepto durante el año anterior. Estas ayudas oscilan entre los 420 euros de crédito para empresas de uno a cinco trabajadores, y el 50% de la cantidad cotizada para compañías de 250 empleados o más. Además, las empresas que conceden permisos individuales a sus trabajadores para su formación disponen de un crédito adicional.

Para utilizar estos créditos, la empresa y el trabajador pueden escoger el curso que les interese, siempre que el contenido esté relacionado con la actividad del empleado o suponga una mejora en su capacitación.

De este modo, la empresa paga el coste del curso y posteriormente, lo descuenta de las cotizaciones a la Seguridad Social, de manera que recupera el importe pagado, hasta el límite de créditos que disponga. 

Los créditos son anuales y colectivos. La compañía puede optar por utilizar los créditos en un solo curso para un trabajador o repartirlo en varios cursos para varios empleados.

Lo lamentable, según los datos de la Fundación Tripartita para la Formación en el Empleo, es que las empresas solo dispusieron del 73% del crédito que les correspondía en 2011 -último año del que hay cifras oficiales- para financiar la formación de sus trabajadores. Esto implica que dejaron de aprovechar más de 200 millones de euros.

Bien es cierto que, según la encuesta que hemos realizado, el volumen de las empresas influye mucho en este aspecto. Mientras que el 90% de las grandes compañías (de más de 250 empleados) realizará acciones formativas, este porcentaje baja al 55%, en el caso de las pymes (de 10 a 249 empleados), y se reduce al 24%, entre las micropymes (de uno a nueve trabajadores).

Respecto a la cantidad de trabajadores que van a recibir formación, las respuestas que hemos obtenido en Arrabe Asesores apuntan a que se reducirá su número. El año pasado participaron más de tres millones de empleados, frente a los 2,9 millones de 2011. En 2013 se prevé un retroceso del 10% y, de cumplirse este pronóstico, como decía, sólo el 25% de los asalariados realizará algún curso.

Los argumentos principales que hemos encontrado para esta falta de formación es que las empresas desconocen esas ayudas o no tienen capacidad para prescindir durante algún tiempo de parte de sus trabajadores. 

Sin embargo, un dato que nos ha sorprendido es la propia negativa de los trabajadores y directivos a destinar parte de su tiempo privado a mejorar su cualificación. Así, dentro de las empresas que no organizarán acciones formativas, el 60% no lo hará porque su plantilla rechaza esta oferta.

Parece que muchos empleados solo están dispuestos a realizar cursos si es la empresa la que asume la totalidad del esfuerzo económico (en dinero y en tiempo). Dadas nuestras carencias en muchos aspectos, ¿cómo es posible que tantas personas se queden cruzadas de brazos?. ¿Es que no se dan cuenta de que su propio futuro depende de su nivel de preparación?

La formación continua es una palanca de cambio para que nuestro país salga de la crisis lo antes posible y mejor preparado. Las empresas necesitan actualizar los conocimientos de sus empleados: ellos serán más productivos y las compañías más competitivas. 

Hay que avanzar, sobre todo, en áreas como los idiomas y todo lo que tiene que ver con el ecosistema digital para que siga creciendo la internacionalización de nuestra economía. No hay otro camino. Pero empresas y empleados tenemos que compartir ese esfuerzo.

Miguel Ángel Ferrer Garcerán es socio director general de Arrabe Asesores

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