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Columna
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El BCE se mantiene cauto con los tipos

El Banco Central Europeo no puede complacer a todos. La rebaja de tipos de este 2 de mayo estaba destinada a ser criticada. Incluso el recorte mínimo de ya esperado por la mayoría ha resultado escaso para unos y excesivo para otros. Lo más sorprendente es que el debate se encuentre en el propio BCE. El consejo de gobierno se dividió sobre el recorte al precio del dinero por lo que también está fragmentado para tomar las decisiones que la deteriorada economía de la zona euro necesita.

Siendo justos con Mario Draghi, presidente del BCE, hay que decir que la reducción de la tasa no fue el único anuncio de este jueves. El banco apoyará al sistema financiero de la zona euro, manteniendo sus subastas ilimitadas de liquidez a tipo fijo hasta julio de 2014. Además, Draghi asegura que está técnicamente preparado para cobrar a las entidades, si fuera necesario, una tasa sobre los depósitos que mantienen en el BCE con la intención de reactivar el crédito.

El consejo de gobierno está fragmentado para tomar las decisiones que la eurozona necesita

Tales medidas podrían explicar la insistencia del presidente en que la política monetaria actual ha sido, y sigue siendo, “extraordinariamente flexible”. Los observadores monetarios pueden piensan que así es. En el mundo real, otros grandes bancos centrales han sido mucho más agresivos en la lucha contra el malestar económico generalizado.

Draghi se esconde tras el mandato del BCE de conseguir una tasa de inflación “por debajo pero cerca del 2%” en el medio plazo. Esta cifra se ha reducido al 1,2%, muy lejos del objetivo. En todo caso, el mandato apunta a una política decididamente inflacionaria.

El lado bueno de la decisión dividida del BCE es que algunos miembros del consejo de gobierno parecen haber abogado por una rebaja mayor de los tipos. Sin embargo, están muy lejos de ganar. El consejo del BCE quiere aguardar, con la esperanza de que las cosas mejoren. Sobre esta cuestión, puede que los 19 millones de europeos que no tienen empleo no coincidan con los 23 banqueros centrales que prefirieron ser precavidos a pasar a la acción.

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