La tensión de Pescanova se traslada a las filiales en América Latina del grupo
Pescanova cerró la pasada semana uno de sus tres centros en Argentina La compañía trata de acordar con la banca un pacto para evitar concursos necesarios
Pescanova está preparando la presentación de concurso de acreedores para Argenova, su empresa en Argentina, la mayor filial del grupo en el extranjero. La pasada semana la empresa cerró una de las tres plantas de las que dispone en el país, al tiempo que acordaba la venta de otros centros en Ecuador, por 14 millones de dólares. Según ha publicado El Faro de Vigo, la compañía está trabajando con su equipo legal para poder formular la petición de insolvencia de Argenova en cuanto sea posible. Fuentes del sector han confirmado a este diario la información del periódico gallego.
La empresa argentina cuenta con 17 embarcaciones: 12 barcos dedicados a la captura de langostinos, que en estos momentos se encuentran amarrados a la espera de que comience la temporada; tres barcos poteros (pesca de calamar) y otros dos palangreros (pesca mediante palangre).
La multinacional que tiene como primer accionista a Manuel Fernández Sousa, con el 7,5%, emplea a más de 10.000 personas, la mayoría en Latinoamérica (cerca de 8.000). La compañía gallega es propietaria en Argentina, con un valor de inversión en los libros de Pescanova de 27 millones, de Argenova; en Chile, de Pesca Chile, con 23,1 millones de valor de inversión, y de Nova Austral, con 13,4 millones; Belnova, en Uruguay, con 7,1 millones, y Camanica, en Nicaragua, con tres millones de euros. La pasada semana el grupo informó de la venta de dos de sus nueve fincas (plantas destinadas a la acuicultura) en Ecuador, por 18 millones de dólares (14 millones de euros).
La crisis del grupo gallego se está trasladando a sus filiales en el extranjero y la empresa es consciente de que difícilmente podrá controlar los procesos concursales en el exterior, más aun si los concursos son instados por un acreedor. Además de la situación de Argenova, Pescanova afronta la solicitud de concurso instada por el banco HSBC contra una de sus empresas en Chile, Pesca Chile.
Pacto con los acreedores
Por esta razón ejecutivos de Pescanova solicitaron el viernes pasado a representantes de bancos acreedores un pacto para impedir la presentación de concurso de acreedores contra sus filiales en el extranjero. De acuerdo a fuentes financieras, el grupo gallego reclamó la creación de un stand still a la banca para asegurar el acceso a la financiación de sus empresas en el extranjero y evitar que un acreedor instara su concurso.
En esa reunión la compañía admitió “tensiones de circulante en diversas filiales, especialmente en Chile y Argentina”. Y aseguró que las diferencias entre la deuda publicada en las últimas cuentas anuales y la “real” se deben a la existencia de deuda que estaba en filiales que no quedaban dentro del perímetro de consolidación, y a deuda que estaba mal contabilizada, “o directamente no se había contabilizado”. Según las fuentes consultadas, la banca ha solicitado información más precisa, pero no ha sido facilitada.
La inversión de Pescanova en otras filiales extranjeras, según el informe financiero del grupo español en 2011, es de 7,9 millones en la sociedad en Estados Unidos; de 6,3 millones en Austral Fisheries (Australia); de 5,5 millones en Pescamar (Mozambique); de 4,5 millones en Pescanova Portugal; de 4 millones en Pescanova Italia; y de 3,3 millones en Eiranova Fisheries (Irlanda).
Pescanova fue declarada en concurso de acreedores el jueves pasado por el juez del Juzgado Mercantil número 1 de Pontevedra. El magistrado ha suspendido las facultades de administración del consejo.
Deloitte llega a Chapela
La consultora Deloitte, designada por la Comisión Nacional del Mercado de Valores como administrador concursal de Pescanova, tenía previsto iniciar sus funciones administrativas en la sede de la compañía en Chapela, Pontevedra, ayer. La compañía no quiso pronunciarse sobre la llegada de algún representante de Deloitte y este diario no pudo ayer (festivo en Madrid) contactar con la consultora.
Según informó esta semana Pescanova en un recurso presentado contra la decisión del juez del concurso del grupo de suspender las facultades de administración del consejo, Deloitte no iniciaría sus funciones en el grupo hasta el 2 de mayo, lo que dificultaba la gestión del grupo y dejaba en cierta situación de indefensión a las filiales extranjeras de la multinacional gallega.
Si se confirman las cifras de deuda de Pescanova en la actualidad, superior a los 3.000 millones de euros, el concurso de la compañía pesquera será el mayor de una empresa española de alimentación, y el tercero ocurrido nunca en España, tras los de las inmobiliarias Martinsa Fadesa y Reyal Urbis.
La Ley Concursal establece que los administradores concursales cobran en proporción a la deuda de la empresa en concurso, con lo que Deloitte cobrará varios millones de euros por su función en Pescanova (en Martinsa Fadesa los tres administradores concursales nombrados por el juez ingresaron cerca de 20 millones).