YPF suspende su junta cuando iba a tratar sobre la gestión del consejo
Alegó que el orden del día era muy extenso Posibles disidencias con las provincias Luz verde a una emisión de bonos de 1.500 millones
En una escueta nota de prensa colgada ayer en su página web, YPF dio cuenta de la suspensión de su junta general justo a la mitad de la celebración de la misma, cuando se llegó al octavo punto del orden del día. La nota explica que los siete primeros puntos se habían aprobado “por amplia mayoría”, pero se decidió aplazar el debate y aprobación del resto para una nueva asamblea, fijada para el 30 de mayo, “dada la cantidad de puntos incluidos”, en total, 18.
Para sorpresa de los presentes, entre ellos, Repsol, a quien le fue expropiado el 51% del capital de la petrolera argentina hace ahora un año, y en la que aún mantiene un 12% así como un puesto en el consejo, el presidente y CEO de YPF, Miguel Galuccio, en representación del Estado expropiador, aseguró que al principal accionista no le había dado tiempo a estudiar toda la documentación.
Aunque se desconocen los motivos oficiales del aplazamiento, este se decidió cuando le llegó el turno al debate y aprobación de “la gestión del directorio y de la comisión fiscalizadora correspondiente a 2013” (punto octavo) así como a otra retahíla de puntos relacionados con la remuneración y honorarios de los miembros de estos órganos; la ampliación del número de consejeros y toda una serie de nombramientos.
Aun considerando que el orden del día fuese amplio (al fin y al cabo, había sido fijados por la propia YPF), la dificultad de su contenido no parece explicar tal aplazamiento (figura que en Argentina se denomina “pasar a un cuarto intermedio”). De hecho, la junta de YPF ha agotado el periodo que establece la ley argentina para la celebración de las asambleas (la del martes se consideraba ordinaria y extraordinaria), lo cual sorprendió a los accionistas internacionales de la petrolera, en su mayoría fondos estadounideneses.
Algunas fuentes aseguran que el quid de la suspensión está en el conflicto que mantienen por el poder en YPF el Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner y los de las provincias petrolíferas a las que se cedió una parte del capital expropiado. Galuccio se mostró nervioso durante la asamblea, de la que salió y entró en varias ocasiones, según testigos presenciales. A los medios de comunicación no se les permite el acceso a las juntas de accionistas.
Aunque algunos rumores apuntaban en los últimos días a que Luis Del Rivero (expulsado de la presidencia de Sacyr y del consejo de Repsol tras el conflicto desatado en 2011 por su acuerdo con la mexicana Pemex) asistiría a la junta de YPF, finalmente, no acudió. Del Rivero compró acciones de la compañía argentina tras la expropiación y el año pasado participó en su junta ordinatia, donde se dejó ver con algunos miembros del Gobierno de Cristina Fernández.
Se da la circunstancia de que la fecha de la nueva convocatoria de la asamblea, coincide con la de Repsol en primera convocatoria. Si bien, la de la compañía que preside Antonio Brufau se celebrará el 31 de mayo en Madrid, ya en segunda convocatoria.
Una nueva emisión de bonos de 1.500 millones
A diferencia de lo que ocurre en las juntas de accionistas en España, donde los puntos del orden del día se someten a aprobación al final del encuentro, en las argentinas se van debatiendo y aprobando cada punto de uno en uno. De esta manera, la asamblea de YPF celebrada el martes en Buenos Aires, sí aprobó los siete primeros, que incluyen, entre otras medidas, la ampliación del programa de emisión de deuda a medio plazo acordado en septiembre en 2.000 millones de dólares (unos 1.500 millones de euros), con lo que el nominal máximo en circulación se situa en 5.000 millones de dólares.
Asimismo, se aprobó un reparto de dividendo de 63,6 millones de dólares (48,4 millones de euros), algo más que en 2012, y un plan de compensación en acciones a los empleados , merdiante la compra de acciones propias de YPF, para lo que se ha hecho una dotación de unos 17,5 millones.
La asamblea dio luz verde a la memoria y las cuentas del año pasado, que se saldaron con un beneficio neto de 576 millones de euros, un 12,2% menos que en 2011. Las inversiones previstas para este año ascienden a 3.500 millones de euros, frente a los 5.300 millones del año anterior. Debido a las menores inversiones realizadas por parte del nuevo accinista, las reservas de la exfilial de Repsol han caído en picado al hundirse la tasa de reemplazo de hidrocarburos (la diferencia entre lo que se consume y las reservas probadas).
Concretamente, las reservas de la argentina cayeron un 24%, a pesar de la extensión de las concesiones en la provincia de Santa Cruz. El país andino sufre episodios de desabastecimiento de forma periódica.