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Columna
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Chipre castiga a rusos y prudentes

El chapucero rescate de Chipre puede tener al menos una cosa buena. Nicosia está intentando limitar la quita que sufrirán los ahorros de sus ciudadanos y para ello deducirá sus préstamos de los depósitos no garantizados, es decir, de aquellos que sufrirán pérdidas. Como consecuencia, los depositantes extranjeros –principalmente rusos – serían los más afectados por la quita. Por desgracia, también sufrirán las consecuencias los prudentes chipriotas que decidieron no endeudarse hasta las cejas.

Banco de Chipre, el mayor prestamista del país, alberga la mayoría de los aproximadamente 8.000 millones de euros de depósitos chipriotas no asegurados que serán golpeados por el rescate. Según el plan aprobado en marzo, el 37,5% de esta cantidad se convertirá en acciones, y poco más de un tercio de lo restante se provisionará, lo que podría ocasionar a los depositantes del Banco de Chipre –incluidas muchas empresas nacionales– pérdidas cercanas al 60% de sus ahorros.

Y es aquí donde entrará en juego la deducción planteada por el gobierno. Cuando los depósitos no asegurados superen a los préstamos, solo se perderá la diferencia entre ambos. Dado que los chipriotas están tradicionalmente más endeudados que sus homólogos de la zona euro esta medida podría paliar los efectos de la quita.

Los que más pérdidas sufrirán serán los extranjeros, en su mayoría rusos, cuyos depósitos constituyen una parte significativa del total de los productos no garantizados. Casi todos ellos se decantaron por ingresar su dinero en bancos chipriotas atraídos por un favorable entorno empresarial y unos elevados tipos de interés, pero no pidieron ningún préstamo, por lo que ahora se enfrentan a una quita mayor de lo previsto.

Pero los extranjeros no serán los únicos damnificados. También lo serán, de forma desproporcionada, los chipriotas más prudentes. Quienes ahorraron, pero no se endeudaron, sufrirán acusadas pérdidas. Algo injusto, pero vistas las alternativas, Nicosia está haciéndolo lo mejor que puede.

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