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Tribuna
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Japón: grandes cambios, grandes oportunidades

El anuncio, a principios de abril, por el gobernador entrante del Banco de Japón (BoJ) tuvo un impacto mayor de lo previsto en los mercados de renta fija, renta variable y divisas. El alcance sin precedentes de las políticas monetarias expansivas refleja la intención del gobernador Kuroda-san de liberar a Japón del yugo de la deflación. El aumento propuesto en la base monetaria a lo largo de los dos próximos años equivale a aproximadamente un 12% del PIB en cada uno de los dos periodos –un esfuerzo colosal– y se articulará a través de la compra de una variedad de activos, desde deuda pública hasta activos inmobiliarios.

No es un secreto que la inflación del precio de los activos es uno de los principales objetivos de estas medidas, ya que este aumento en los precios puede contribuir de manera fundamental a reactivar la economía. El objetivo de generar una inflación del 2% en los precios al consumo (actualmente en terreno negativo) constituye un punto de referencia útil, y aunque puede que resulte complicado alcanzar ese nivel, es importante centrarse en los esfuerzos en esta dirección y no solo en el resultado final. Kuroda-san cuenta con muchos apoyos en el recientemente electo Partido Liberal Demócrata (LDP), cuya coalición tiene una amplia mayoría en el la Cámara baja. Este verano se celebrarán elecciones al Senado, por lo que es posible que se aprueben nuevas medidas para impulsar la actividad económica a lo largo de los próximos meses.

Lo que los inversores deben tener en cuenta es el proceso de cambio que vive Japón

La elección del LDP y las políticas acomodaticias del Banco de Japón han modificado el panorama político en el país nipón, mucho más proclive ahora a aplicar un enfoque más agresivo para reactivar la economía de lo que lo ha sido en los últimos 20 años.

Los japoneses podrían incluso sorprenderse de los frutos de sus esfuerzos

El yen se ha depreciado sustancialmente frente al dólar estadounidense en los últimos meses, tras un periodo de fortaleza que duró varios años. Esta debilidad se ha visto acrecentada por el cambio de Gobierno a finales del pasado año y, más recientemente, por la actuación del Banco de Japón. La debilitación del yen ha sido un factor importante para que las compañías japonesas vuelvan a ser competitivas en el entorno internacional. En gran medida, esto ya se ha logrado y aunque es posible que la divisa caiga aún más, no parece que el yen tenga ya mucho recorrido a la baja, pues países como EE UU podrían empezar a expresar su desaprobación de un modo más manifiesto. No obstante, las autoridades están dispuestas a garantizar el mantenimiento del yen en su nivel actual para que las empresas que dependen de las exportaciones puedan recuperar un nivel aceptable de rentabilidad.

Los precios en el mercado de renta variable han experimentado un espectacular repunte en los últimos meses como respuesta a la debilidad del yen y las políticas de relajación cuantitativa. Nos quedaríamos cortos si dijésemos que puede anticiparse, o incluso esperarse, una corrección en los precios de las acciones.

Sin embargo, lo que los inversores deben tener en cuenta es el proceso de cambio en el que se ha embarcado Japón y el impacto potencial de las nuevas políticas en los precios de los activos y la economía en general durante los próximos años.

Es cierto que los precios de las acciones han subido muy rápido, pero prevemos un crecimiento sustancial de los beneficios en los próximos años, por lo que el panorama del mercado de renta variable sigue siendo prometedor.

El volumen de capital invertido en el mercado de renta variable ha aumentado, pero aún existe mucho margen para que los inversores nacionales se adentren en una clase de activo por la que no han mostrado interés en los últimos 20 años. Algunos fondos institucionales nacionales tienen una exposición muy reducida al mercado nacional de renta variable y, asimismo, los inversores particulares aún tienen mucho recorrido.

Suponiendo que las políticas de reflación tengan un éxito al menos parcial, los japoneses podrían incluso sorprenderse de los frutos de sus esfuerzos y preguntarse por qué han esperado tanto para actuar. En un escenario de estas características, las acciones y los sectores relacionados con la economía nacional podrían prosperar más que los sectores de exportación que durante tanto tiempo han sido el motor del mercado.

Michael Wood Martin es gestor del fondo Henderson Japanese Equity.

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