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Innovación

Bilbao se coloca en el jugoso mapa de las tecnologías limpias

Una farola que solo se enciende al paso de un transeúnte o de un vehículo. El invento, de la empresa Luix, se llama regulación inteligente de la luz en función de presencia, y de instalarse en las 25.000 farolas que jalonan San Sebastián, sede de esta compañía, la ciudad se ahorraría tres millones de euros anuales en iluminación, según cálculos de la compañía.

Como el de Luix, la Agencia Vasca de la Innovación, Innobasque, identificó el año pasado diez inventos punteros cleantech, o sea, todo el conocimiento que apunte a reducir el consumo de recursos. Con esas diez compañías y Bilbao como escenario, Innobasque ha logrado poner al País Vasco en el mapa de las tecnologías limpias, un jugoso mercado que en 2012 cerró 732 operaciones con una inversión de 6.560 millones de dólares (5.000 millones de euros) y que abarca sectores tan diversos como la eficiencia energética en edificios, las renovables, la agricultura ecológica, el tratamiento de aguas residuales o el coche eléctrico.

La capital vasca acogió la semana pasada el Cleantech Forum Europe, un encuentro entre inversores y empresas con proyectos innovadores sin medios para desarrollarlos, en busca de financiación. La cita, que organizó un grupo de inversores de San Francisco interesado solo en negocios sostenibles, se movía hasta ahora entre Estados Unidos, Asia y el norte de Europa.

El País Vasco aspiraa vender su arquetipo de ciudad verde a los países emergentes

“Nunca había bajado hacia el sur, así que decidimos unirnos entre las principales empresas vascas y varios clusters de innovación para posicionarnos en Europa”, comenta José María Villate, director general de Innobasque. En definitiva, seguir la estela de alianzas entre empresas y universidades que han creado Alemania, Reino Unido, Israel, Estados Unidos y los países nórdicos para ganar mercado.

Iberdrola, Gamesa, Repsol, Red Eléctrica de España y Mondragón figuran entre las corporaciones que apoyan esta especie de Silicon Valley del universo limpio con un flujo de inversiones de 40.000 millones de euros. El objetivo: atraer capital para financiar proyectos y vender tecnología a otros países en un mercado que crece en Europa un 8% anual y del que se espera la creación de 1,5 millones de empleos de aquí al año 2020, según cálculos de Innobasque.

Dicen en la agencia que el País Vasco está especialmente preparado para ello por su pasado industrial. “Bilbao es un ejemplo de reurbanización. Alrededor de la transformación de esta ciudad hay empresas que han trabajado en toda la cadena de productos y servicios de energía, agua o movilidad urbana”, argumenta Villate.

La idea de este organismo, que aglutina a 1.000 empresas, es vender ese paquete de tecnología para la reordenación de un territorio a los países emergentes, en pleno éxodo del campo a la ciudad y de creación de nuevas urbes. “El grupo de inversores de Cleantech nos ve como un puente hacia esos mercados, en concreto con América Latina”. Perú, Colombia, Brasil y México fueron los países invitados a la cita, donde se registra el mayor potencial de crecimiento de este mercado para las compañías europeas, que atraviesan un momento económico muy complicado.

“En Latinoamérica no se está desarrollando tecnología, hay muy poco esfuerzo gubernamental, y la que sale de Estados Unidos va hacia la izquierda y hacia la derecha, pero nunca mira hacia abajo”, afirma contundente Luis Aguirre, socio fundador de la empresa Green Momentum, especializada en transferencia de estos desarrollos hacia América Latina.

Este continente se beneficia de nuevos productos y servicios cuando estos ya se han saturado en otras regiones. “Por ello, la solar y la eólica tienen un retraso de entre tres y cinco años. Pero la relación comienza a crecer ahora que Europa pasa por una crisis interna y está empezando a mirar hacia América Latina para llevar tecnologías y modelos de financiación innovadores”, matizan en esta compañía con sede en Nueva York.

La solar ya no es el único modelo

“Las tecnologías limpias ya no se definen por las inversiones en energía solar”. Así de contundente se muestra el grupo de inversores de Cleantech en su análisis sobre la evolución de este mercado en el ejercicio de 2012. “La inversión masiva en empresas fabricantes para la energía solar ha dominado la industria de las tecnologías limpias durante años, hasta representar entre el 30% y el 40% de las inversiones totales”, según plasma Greg Neichin, vicepresidente de Cleantech, en el estudio del sector.Pero en los últimos años la solar ha sido “diezmada”, en palabras de Neichin, en gran parte debido a la entrada masiva en los países industrializados de paneles asiáticos a precios imbatibles. La reacción de Estados Unidos, y más lentamente de Europa, está siendo intentar abrirse a un abanico de inversiones que apueste por un valor añadido en tecnología. Por esta razón, este grupo de inversores de San Francisco concluye en su estudio que “tras haber caído la solar, el reparto de capitales entre las distintas categorías de tecnologías limpias se ha diversificado”.En este nuevo marco, la eficiencia energética estaría tirando de un mercado en el que caben sectores tan dispares como los biocombustibles, la agricultura, la gestión forestal, materiales avanzados o el almacenamiento de energía, clave para la inclusión de la solar y la eólica en las redes eléctricas.

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