Las clínicas de fertilidad ganan a la crisis
El retraso de la maternidad y las listas de espera en la sanidad pública disparan el negocio de la reproducción asistida
En escasos sectores la crisis no ha hecho mella. Uno de ellos es el de las clínicas de reproducción asistida, a pesar de que los pacientes tengan que pagar de su bolsillo tratamientos que oscilan entre 1.000 y 5.000 euros. Y es que el retraso en la maternidad está provocando que cada vez se recurra más al médico para buscar una ayuda.
El pasado año, el mercado de las clínicas privadas de reproducción asistida en España creció un 10%, según datos de la consultora DBK, especializada en la medición de sectores. El valor de los tratamientos alcanzó los 460 millones de euros, incluyendo los realizados en los hospitales públicos.
Pero es la sanidad privada la que realiza la mayoría de estas terapias. El 71,8% de la actividad se realizó en clínicas especializadas; el 17,8%, en hospitales públicos, y el 10,4% restante, en otros centros privados generalistas.
La consultora prevé que en los próximos dos años el negocio de estos centros especializados siga creciendo a un ritmo del 9%. "Apesar de la negativa coyuntura económica, el aumento de la demanda potencial, la legislación nacional favorable y el desarrollo de técnicas dirigidas a mejorar los resultados de los tratamientos posibilitarán a medio plazo la prolongación de la tendencia al alza del mercado, lo que fomentará la entrada al sector de nuevos operadores", señalan desde DBK. De hecho, el número de clínicas alcanzó un nuevo récord, con 152 centros especializados repartidos por todo el país.
Los centros especializados privados se llevan el 71,8% de la actividad
"Crecemos pero a un ritmo algo menor que los niveles previos anteriores a la crisis. Aunque nuestra previsión es seguir creciendo", explica Antonio Requena, director médico del grupo IVI, una empresa de las pioneras en el país, con 23 clínicas (15 en España). Las razones para que el negocio siga creciendo son varias. "A diferencia de otros tratamientos en centros privados, como la oftalmología o la estética, la reproducción asistida tiene un límite en la edad para retrasar la decisión de ser madre", apunta este experto. "Además, las listas de espera en la sanidad pública han aumentado y llegan hasta tres años porque los recursos disminuyen. Pero no todo el mundo puede esperar", añade Requena.
También contribuyen que la cartera pública no incluya todos los tratamientos (solo inducción de óvulos, inseminación artificial y fecundación in vitro) y que la edad de la mujer para acceder debe ser inferior a los 40 años. Este médico señala un cúmulo de factores que hacen menos fértiles tanto a hombres como mujeres, como la edad, el sedentarismo, la obesidad, el alcohol, el tabaquismo o el estrés, incluso el provocado por la crisis.
El retraso en la maternidad disminuye las tasas de éxito de gestación. "La edad media de las mueres que se someten a un tratamiento es de más de 38 años, cifra superior a la recomendada para planear un embarazo", señalan desde la clínica Ginefiv. A parte de las razones sociológicas, la crisis está afectando en la tasa de fertilidad, porque en los últimos cinco años ha aumentado la edad media de las mujeres que se someten a tratamiento. Según sus datos, siete de cada diez parejas ha resuelto retrasar la decisión de tener un hijo por motivos económicos, algo que paradójicamente les puede conducir a este tipo de clínicas privadas en el futuro. "Mientras que en 2007 los pacientes mayores de 35 años solo suponían el 48%, actualmente representan el 62%", explican.
Este retraso, según Ginefiv, también hace que aumenten los tratamientos por donación de óvulos, que suele ser la última alternativa, "ya que supone una pérdida de la carga genética y con fuertes implicaciones emocionales".