El problema de las pymes desborda a la zona euro
La recobrada estabilidad financiera no se ha traducido en crecimiento
La cita parecía llamada a ser un remanso de tranquilidad. Y una ocasión para felicitar a Irlanda por su presunto éxito con el programa de rescate y recompensar al Gobierno irlandés con una prórroga en los plazos de amortización del préstamo de 78.000 millones de euros.
Pero los tropiezos de la troika en Portugal y Chipre y la constatación deque la recobrada estabilidad financiera no se ha traducido en crecimiento, obligará a los ministros a ocuparse de un problema aparentemente menor pero que amenaza con derrotarles. Y es que tras varios meses apuntalando el sector financiero, la UE reconoce que el resto de la economía real se está agostando por falta de crédito.El acceso a la financiación se ha endurecido y el nivel de inversión,según los datos de la Comisión Europea, ha caído hasta el 20%, el más bajo desde los años 1980.
El ministro irlandés, Michael Noonan, que preside durante este semestre el Ecofin ha decidido dedicar gran parte de la reunión de Dublín a ese problema. Y con ayuda de expertos independientes, los ministros, los representantes d ela Comisión Europea y los del Banco Central Europeo buscarán fórmulas para reactiva un crédito que supone el85% de la financiación empresarial en Europa, frente al 53% en EEUU,donde las compañías recurren con más frecuencia a otras alternativas (como mercado de valores o emisión de deuda).
Entre los expertos presentes en Dublín figura Zsolt Darvas, del instituto de estudios Bruegel. En un recién estudio, Darvas ya advertía que no suele ser muy habitual que los países desarrollados se recuperen sin crédito. Y que para intentarlo, hace falta una depreciación del tipo de cambio que la divisa europea no parece estar sufriendo.
Por eso el debate en la capital irlandesa se prevé tenso, pues algunos países, como España o Italia, se sienten en un callejón sin salida, con un endurecimiento brutal en las condiciones de préstamo a las pymes y una caída de los flujos de inversión internacional,que tras la crisis se ha concentrado en el núcleo duro de la UE.
Los ministros estudiarán fórmulas para impulsar canales alternativos de financiación, desde la posibilidad de avales públicos a una mayor involucración del Banco Europeo de Inversiones. Pero casi todas las delegaciones del Eurogrupo reconocen que ninguna de ellas basta para suplir el canal esencial del sector financiero, cegado en estos momentos en algunas partes de la zona euro.
La solución debería pasar por el Banco Central Europeo, que ya lo intentó sin éxito el año pasado dos inyecciones de liquidez (de hasta un billón de euros) que apuntalaron el sector financiero pero apenas llegaron hasta la economía real. La presión aumenta para que repita una operación similar, pero que en lugar de un manguerazo sea un riego a goteo que llegue hasta los más de 25 millones de pequeñas y medianas empresas europeas.
El BCE, sin embargo, insiste en que la recuperación del crédito depende de los Gobiernos, a quienes pasa la tarea de sanear la economía para que las empresas sanas vuelvan a financiarse. La Comisión, aunque no comparte del todo las tesis de Fráncfort, también señala que la caída del crédito en España o Irlanda responde a un proceso normal de desapalancamiento tras los excesos previos a la crisis. Y asegura que, al menos en España, el crédito sigue fluyendo hacia las empresas consideradas viables.