Pescanova tiene que entregar las cuentas a la CNMV tras pasarlas por el consejo
El pasado jueves Pescanova decidió presentar suspensión de pagos La deuda de la compañía podría superar los 2.500 millones
Pescanova tendrá que presentar sus cuentas del segundo semestre de 2012, como fecha tope, este viernes a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), pero pasándolas por el consejo de administración, cuyos miembros decidirán si las firman o no y explicar los motivos si no lo hacen, aunque no tendrán que estar auditadas.
Así lo han indicado a Efe fuentes de la CNMV, quienes han recordado que las compañías cotizadas tienen de plazo hasta el 28 de febrero para entregar sus cuentas del segundo semestre, que deben estar firmadas por los consejeros, y hasta el 30 de abril para las anuales auditadas, en iguales condiciones.
Para entregar las cuentas según exige la CNMV, Pescanova tendrá que convocar un nuevo consejo de administración extraordinario antes del viernes en el que presentar las cuentas a unos consejeros que ya las esperaban semanas atrás.
El último consejo duró trece horas y evidenció la existencia de dos bandos, uno a favor de las decisiones del presidente (siete consejeros), Manuel Fernández de Sousa Faro, y otro en contra (cinco consejeros).
Hasta el momento, la compañía no ha convocado el consejo extraordinario y sus asesores analizan “si es necesario hacerlo” debido a las circunstancias en las que se encuentra la sociedad, han explicado fuentes de la empresa.
La situación ha cambiado poco en un mes: Pescanova se encuentra aún en preconcurso de acreedores, aunque ha anunciado que en unos días, posiblemente la próxima semana, solicitará el concurso, ya que ve imposible alcanzar un acuerdo a corto plazo con los acreedores.
Fuentes del mercado consideran que este tiempo de espera ha debilitado a la empresa, que no ha tenido acceso a nuevos créditos desde que declaró el preconcurso de acreedores y anunció que solicitaría el concurso (antigua suspensión de pagos).
Las entidades financieras, que en la reunión que mantuvieron con la empresa el pasado marzo solicitaron que no se dilatara la toma de decisiones, están en una situación de espera hasta que el juez acepte la solicitud de concurso de Pescanova y nombre a los administradores judiciales, con los que empezarían tener contactos, subrayan las mismas fuentes.
Desde que el pasado 1 de marzo la compañía anunciara la existencia de un pasivo oculto y que quería renegociar su deuda con los acreedores bancarios en el proceso de preconcurso (que le otorgaba cuatro meses para negociar) no se han producido avances, ha recordado fuentes del sector.
Mientras que fuentes de Pescanova hablan hoy de normalidad en los pagos de la compañía, la clave de la crisis estará en el monto al que asciende la deuda, un punto que el que la empresa no ha ofrecido cifras.
Los únicos datos de deuda conocidos hasta el momento reflejan que que la declarada en 2011 (830 millones) triplica el cálculo del Centro de Información de Riesgos del Banco de España (Cirbe) de 2.500 millones para todo el Grupo.