Cuenta atrás para evitar que Chipre entre en quiebra y dañe a la zona euro
Todavía no hay un acuerdo firme sobre la quita a los depósitos El país culpa al FMI de imponer nuevas exigencias "cada media hora" Nicosia advierte que la situación de las conversaciones es delicada
Un país diminuto, uno de los más pequeños de la zona euro, que representa apenas el 0,2% de su PIB, ha puesto negro sobre blanco el desgobierno en las instituciones europeas. Ayer concluyó otro fin de semana de negociaciones después de que el Parlamento chipriota renegara del plan pergeñado por el presidente del país, Nikos Anastasiadis, y el Eurogrupo entre el 15 y el 17 de marzo. El plan incluía quitas del 6,75% para depósitos de menos de 100.000 euros y del 9,99% para el resto.
El domingo al cierre de la edición de este periódico, todavía no había ninguna solución oficial, si bien la sensación era positiva entre los ministros de Economía de la eurozona. El Gobierno chipriota debe encontrar la fórmula para recaudar los cerca de 7.000 millones que le exige el Eurogrupo para dar luz verde al desembolso de otros 10.000 millones. La factura ha subido desde los 5.800 millones exigidos en un primer momento.
Es cierto que Chipre reconoció el domingo en un comunicado que la situación es “muy difícil”. La agencia oficial de noticias del país CNA publicó que la representante del FMI en la troika –formada también por el BCE y la Comisión Europea– solicitaba nuevas exigencias “cada media hora” que impidieron sellar el acuerdo para imponer una quita del 20% a los depósitos de más de 100.000 euros en el Banco de Chipre, el mayor del país, y del 4% para el resto de las entidades financieras.
Previamente a la reunión de los ministros de Economía y Finanzas de la zona euro –el Eurogrupo–, Nikos Anastasiadis, se reunió con la directora del organismo, Christine Lagarde, y con el presidente del BCE. Su objetivo, desbloquear las negociaciones del FMI.
Los expertos sentencian que el lunes tiene que haber una solución encima del tapete, después de que el Banco Central advirtiera que el martes cortará el grifo de la liquidez a la banca chipriota si no tiene firmado el rescate. En la práctica, supondría la quiebra inmediata del país.
De momento, Chipre ha aprobado dos leyes exigidas por la UE para restringir la libre circulación de capitales y para liquidar los bancos con problemas. La primera de ellas permitirá mantener los controles sobre la retirada de depósitos a partir del martes, cuando está previsto que se reabran los bancos de la isla.
La segunda norma tiene como objetivo facilitar la reestructuración del segundo banco del país, Laiki, imponiendo fuertes pérdidas a los grandes depositantes pero protegiendo las cuentas de menos de 100.000 euros. El parlamento chipriota aprobó además la creación de un fondo de solidaridad que tiene como fin financiar parte de su contribución al rescate. Los bancos han reducido de 260 a 100 euros diarios el límite de retirada de efectivo en sus cajeros automáticos para evitar una fuga de depósitos, bajo las órdenes del Banco Central de Chipre.
El miedo a que rebrote la crisis de deuda, aplacada en los últimos meses, pesa sobre los mercados. La Bolsa chipriota permanece cerrada el lunes y también la griega, pero no ocurre lo mismo con el resto de los parqués europeos. También los inversores en el mercado de deuda pondrán la lupa en el plan diseñado por el Eurogrupo para sacar del atolladero a uno de los socios de la zona euro.
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