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¿Son sagrados los depósitos bancarios?

En el mejor de los casos, si Nicosia consigue de algún modo recaudar 5.800 millones en pocas horas, la brutal torpeza del Eurogrupo el pasado viernes solo habrá dejado la huida de los depositantes en la isla, su final como paraíso fiscal / centro financiero / lavandería de dinero y una dosis no desdeñable de desconfianza en los ahorradores de otros países europeos, como España.

Eso, en el mejor de los casos. Y, en casi cualquier escenario, los depositantes chipriotas tendrán que pagar. Pero, ¿no es el pago de los depositantes lo que ha provocado la furia en Chipre y los nervios en el resto de Europa? El rescate chipriota, no hay que engañarse, era una patata caliente desde hacía tiempo y no tenía solución agradable. Ahora, el detonante del desastre ha sido penalizar los depósitos inferiores a los 100.000 euros. Por más que la garantía de los depósitos no sea europea sino nacional, y que no incluya posibles impuestos, que es lo que ha aplicado Chipre.

Pero una garantía revocable unilateralmente es bastante poco garantista. Si bien técnicamente la quita chipriota no contradiga la norma, sí ataca el espíritu de ésta. Y la garantía de los depósitos hasta los 100.000 euros es, quizá, de lo poco con lo que un ciudadano medio del Sur de Europa puede contar razonablemente. El salario (quien tenga trabajo), las pensiones, los impuestos o los servicios públicos van a peor. Los ahorros son otra cosa. No tanto porque la gente tiene a ser sensible cuando le quitan su dinero, sino porque, en este caso, la reacción ciudadana sí puede hundir el sistema económico. El euro no se ha roto porque, pese a la salida de capitales del año pasado en España, los ahorradores no han ido en masa a sacar sus euros del banco.

Por todo eso deberían ser sagrados los depósitos inferiores a 100.000 euros, especialmente en situaciones como la actual. La garantía de que el dinero está seguro en el banco es la base del sistema financiero. Es una línea roja que no se debe cruzar pero, para el dinero que sobrepase los citados 100.000 euros, la única garantía que tiene el depositante es la del banco.

Para el resto de los depósitos la historia es diferente. Al igual que habría sido razonable en España que los acreedores de la banca inviable cargasen con parte del coste del rescate, también lo es en Chipre. La diferencia con España es que en Chipre los bancos apenas tienen deuda emitida, y sus acreedores son, principalmente, los propios depositantes.

En el orden de prelación (el que determina quién recupera antes su dinero) los depósitos y las cuentas van antes que la deuda. Pero si una entidad no tiene deuda, como es el caso de Chipre, el siguiente en la lista son los depositantes. El banco danés Amargerbanken, de hecho, aplicó a sus depositantes por encima del umbral de 100.000 coronas la misma quita que a los acreedores, el 41%. 

Por tanto, no es descabellado que los depositantes de más de 100.000 euros paguen cuando un banco quiebra. A mí, de hecho, me parece más razonable que sean ellos quienes paguen (al fin y al cabo, le están prestando mucho dinero al banco) a que los sea un contribuyente.

Más aún en el caso de Chipre, donde el 43% de la base de depósitos es de "ahorradores" con al menos medio millón de euros, donde muchos de éstos son extranjeros que buscaban tipos de interés altos y opacidad fiscal. De hecho, Chipre ha sido el primer inversor en Rusia en los últimos años...

Si Nicosia optó por gravar los depósitos inferiores a 100.000 euros para no enfadar a Rusia o si lo hizo para complicar las cosas a los socios del euro es algo que no sabemos. Ahora bien, si Nicosia cree que podrá seguir captando dinero ruso después de este esperpento, quizá peque de candidez. El dinero ruso huirá a otros paraísos fiscales, que oferta hay, y Chipre se las tendrá que apañar sin rublos. 

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