"Los evasores deberían sufrir mayores consecuencias"
Richard Stamm (Huntington, Estados Unidos, 1955) asegura que no duerme más de 10 días al mes en su casa de New Jersey. Pero en su escaso tiempo libre, el responsable mundial del área legal y fiscal de PwC trata de encontrar el momento para leer biografías sobre personajes históricos, como los expresidentes de Estados Unidos George Washington y Dwight Eisenhower. "Me ayuda a pensar lo que debo hacer como líder", explica Stamm, jefe de unos 35.000 abogados y asesores fiscales en todo el mundo. Miembro del comité ejecutivo mundial de la firma, una de las grandes de los servicios de consultoría y auditoría junto a Ernst&Young, KPMG y Deloitte, admite que suele tener que pensar dos veces para recordar en qué ciudad está. "Puedes utilizar el teléfono y el e-mail o puedes aparecer en el sitio, y yo creo que es más efectivo aparecer", explica desde la torre de la empresa en el madrileño paseo de la Castellana.
PREGUNTA. ¿Dónde están hoy las mayores oportunidades para las empresas?
Respuesta. Para saber dónde debemos ser fuertes tenemos que mirar dónde están invirtiendo nuestros grandes clientes. Hay que mantenerse fuertes en los países tradicionales, pero África y Asia son los continentes con mayor crecimiento y tenemos que invertir mucho allí. Cuando asumí el cargo en 2011 me llamaron tres grandes clientes y me dijeron: "Creemos que sois los mejores en África, pero nadie es tan bueno como debería".
P. ¿Cuál es el mayor desafío para crecer en esos países no tradicionales?
R. Es la gente. Porque son países en donde la profesión del abogado o el asesor fiscal no está tan desarrollada como en Estados Unidos, Reino Unido o España. Hay pocas personas con experiencia de 20 años como abogados o especialistas en temas fiscales del país. Nuestros clientes quieren hacer inversiones multimillonarias allí, y encontrar las personas adecuadas para hacer el trabajo es difícil. Vamos a las universidades de Estados Unidos y Europa e intentamos buscar personas que sean de allí o tengan alguna experiencia.
P. ¿Cómo hace PwC para atraer y conservar el talento?
R. Hoy los empleados demandan mayor flexibilidad. Antes había que pasar unas horas determinadas en la oficina. Ahora la exigencia es que hay que estar cuando sea necesario. Nos adaptamos al mercado y ha sido muy efectivo.
P. ¿Qué significó para su área la legislación post-Enron que limita la provisión de otros servicios a las empresas que auditan?
R. Hubo una transformación muy significativa de nuestro negocio. Hay empresas que creen que solo debemos hacer la auditoría, pero otras prefieren que hagamos otros trabajos dentro de lo que está permitido. A estas últimas las asesoramos bien para prestarles servicios sin que ello afecte la independencia de la auditoría. Además, hemos trasladado buena parte de nuestro negocio hacia las empresas que no auditábamos. Hemos crecido mucho en estos años a pesar de esos límites. La razón es que los desafíos que trajo la globalización para las empresas en materia impositiva han sobrepasado su habilidad para construir un equipo de trabajo interno.
P. ¿Qué opina de la manera en que los Gobiernos en Europa y Estados Unidos hacen frente a los menores ingresos fiscales?
R. Como resultado de esa necesidad de aumentar la recaudación fiscal hay, en general, una tendencia hacia mayores impuestos indirectos y una mayor competencia por reducir impuestos a la renta para atraer empresas. No creo que esas tendencias cambien. Me gustaría ver a los Gobiernos más preocupados por la economía sumergida. No hay solución fácil, pero debería haber mayores consecuencias para los infractores. Mi país recientemente aumentó los impuestos para los más ricos. Creo que el impacto económico es pequeño, pero era necesario para dar una imagen de mayor justicia y empezar a discutir la verdadera solución.
P. ¿Y cuál es esa solución?
R. Estados Unidos necesita reducir su gasto. Los programas sociales son muy importantes para mucha gente, pero no podemos mantenerlos en la forma en que han sido creados. En algún momento algún Gobierno deberá tener el coraje suficiente para solucionarlo.
Los empleados, el activo más valioso
El jefe del área legal y fiscal de PricewaterhouseCoopers está convencido de que los empleados son el activo más valioso de la empresa. Por eso, Richard Stamm dice estar orgulloso de que la firma, en la gran mayoría de los 158 países en los que está presente, no haya reducido el número de trabajadores para solucionar los problemas de rentabilidad tras el tsunami de la crisis que comenzó en 2008. "Le dijimos a nuestra gente que estuvieran tranquilos y que siguieran trabajando duro. De esta manera encontraremos cosas para hacer, vamos a seguir aportando valor agregado a la economía. Fue una decisión acertada a pesar de la necesidad de reducir costes por la recesión. Ahora que lo peor de la crisis ha quedado atrás estas personas están realmente agradecidas". Stamm cree que en la gestión de personas es clave hacer que los empleados se sientan parte de un proyecto que es bueno para la economía.