Alivio para la eurozona: el euro baja de los 1,30 dólares
El euro se desinfla y cambia la tendencia alcista de los últimos meses La incertidumbre política en Italia y EE UU lleva a la divisa a 1,29 dólares, mínimos del año
La fortaleza del euro casi se ha esfumado de un plumazo. Si hace apenas un mes la divisa europea tocaba el nivel de los 1,37 dólares, provocando que algunos países como Francia se pusieran en alerta por los riesgos que suponía para su mercado exterior, ahora apenas aguanta la barrera psicológica del 1,30 y la cotización ha bajado hasta el 1,298, marcando mínimos de este año.
Los expertos señalan que fundamentalmente son dos los factores responsables de que el euro acumule una caída frente al billete verde de un 4,7% en un solo mes, comiéndose una tercera parte del terreno ganado desde el pasado verano. Por un lado, los temores a que Italia no sea capaz de formar un gobierno estable que termine de implementar las reformas estructurales exigidas por Bruselas y se vea abocada a nuevas elecciones. Y, por otro, el desacuerdo en Estados Unidos en cuanto a los recortes de gasto público, que se activaron automáticamente el pasado viernes.
Aunque las Bolsas están capeando el temporal, la incertidumbre política a uno y otro lado del Atlántico sí pasa factura al euro. “De las elecciones italianas ha salido el peor escenario posible para el euro”, sostiene Daniel Álvarez, analista de XTB. “Supone un triunfo de los euroescépticos y cualquier situación que implique un desmembramiento de la zona euro es muy negativo y tiene su repercusión en el cruce euro-dólar”, explica. “Además, a demócratas y republicanos cada vez les cuesta más llegar a un acuerdo en los grandes temas nacionales, lo que crea un desasosiego que lleva a los inversores a buscar refugio”, añade.
Así, el dólar avanza posiciones pese a que el presidente de la Reserva Federal (Fed), Ben Bernanke, aclaró las dudas en cuanto a la futura política monetaria del banco central al defender las medidas expansivas para recuperar la economía (que habían logrado depreciar el billete verde), mientras el euro se debilita.
"Las últimas minutas de la Fed [que mostraban discrepancias entre sus miembros sobre la continuidad de los estímulos monetarios] sorprendieron a los mercados. Pero las palabras de Bernanke contribuyeron a calmar a los inversores", afirma Andreas König, gestor sénior de divisas en Pioneer Investment. Sin embargo, "la última vez que el euro bajó, el capital fluía hacia varias divisas supuestamente seguras como el franco suizo, el yen, la libra esterlina y el dólar. Esta vez, la libra no está funcionando como un refugio seguro, así que la mayor parte de los flujos se mueven hacia el dólar, lo que presiona a la baja sobre el euro", sostiene.
Pero la depreciación del euro supone un alivio para las exportaciones de la zona euro, especialmente en los países con economías menos fuertes, como las periféricas, y teniendo en cuenta la debilidad que mostraron los datos macroeconómicos de PMI’s y desempleo conocidos la semana pasada.
No obstante, los analistas están convencidos de que la tendencia para los próximos meses es a una mejora de los indicadores económicos. "Lo peor para Europa ha quedado atrás. Lo cierto es que los datos macro siguen mostrando debilidad económica en el cuarto trimestre de 2012. No obstante, pensamos que lo peor ha pasado y con la mejora de la confianza el crecimiento debería repuntar a finales de 2013", indica un reciente informe de Bankinter.
A juicio de Victoria Torre, de Self Bank, el euro “se mantendrá en un rango lateral en función de las noticias del mercado”. Opina que tanto el dólar como el euro lidian cada uno con sus incertidumbres internas y "no hay un catalizador claro". Por su parte, Álvarez, piensa que "el soporte de los 1,30 dólares no debería romperse de buenas a primeras".
Desde Bankinter han revisado el rango objetivo del euro para 2013 hasta 1,30-1,40, "soportado por las políticas monetarias y una mejora del contexto económico".
Los mercados siguen atentos a una posible 'guerra de divisas' como consecuencia de las actuaciones de bancos centrales como el de Japón y Estados Unidos para devaluar sus monedas y que provocaron la revalorización del euro. Precisamente, las llamadas 'devaluaciones competitivas' centraron las cumbres europeas y del G-7 y G-20 en enero y febrero. Esta semana se reúne el Banco Central Europeo (BCE), cuya política monetaria relativamente más moderada trata de no influir en el comportamiento del euro. Ante los últimos acontecimientos, los analistas no descartan que el BCE deje abierta la puerta a un recorte de los tipos de interés en los próximos meses. Actualmente se encuentran en el 0,75%.