La crisis se ceba con los chinos

Duro, durísimo está siendo el comienzo de año para innumerables pequeños comercios y, entre ellos, para aquellos regentados por la comunidad china. Es tradicional, incluso en tiempos de bonanza, que después de Navidad, las ventas encaren enero y febrero como los dos peores meses del año. Sin embargo, este 2013 se ha inaugurado con una auténtica cascada de cierres de locales, en especial, de venta de ropa.

En Madrid, muy cerca del barrio de Salamanca, reducto a donde parece que nunca llegan las crisis, hay algunas calles, otrora repletas de tiendas, que se están quedando con más de la mitad de sus locales sin inquilinos. Y lo más curioso es que muchos de los que deciden echar el cierre para siempre son chinos. La mayoría abandona el sector textil para probar suerte en la hostelería.