Montoro ajusta las cuentas
El ministro de Hacienda presentó ayer con un indisimulado punto de orgullo la evolución de los ingresos tributarios de 2012, primer ejercicio completo de la legislatura. Y no le falta razón, porque ha cumplido las previsiones fijadas para un año en que no era nada fácil cuadrar las cuentas, empezando por la tardía aprobación de los Presupuestos en abril, a causa de las vicisitudes del calendario electoral. La recaudación por impuestos ascendió a 167.731 millones, prácticamente los 167.797 millones presupuestados, y los ingresos totales fueron de 215.517 millones, 4.428 millones más que lo estimado. El caso tiene más mérito si se considera que la cota se ha conseguido en uno de los años más difíciles de la crisis, en medio de una brutal recesión y con el consumo hundido. ¿La explicación? La trampa que esconde este éxito fiscal no lo es tal por lo evidente: los ingresos se han conseguido gracias a las subidas de impuestos, el IVA y Sociedades, en particular por el aumento de pagos fraccionados. Pero a eso se le llama gobernar. Con los importantes ajustes aplicados, Cristóbal Montoro ya tenía controlado el gasto, y así la mitad del trabajo. Si la otra mitad, los ingresos, ofrece estos datos, todo indica que las cuentas empiezan a casar. Una labor que no va a ser tan sencilla en 2013 si no llega la recuperación, porque ya no contará con la misma munición.