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El Foco
Tribuna
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El futuro de la banca global

La presencia de la banca internacional en los mercados emergentes ha disminuido por la crisis. El autor analiza la oportunidad que ello supone para otras entidades y cuáles son sus opciones de liderazgo.

El sector bancario internacional se enfrenta a dos verdades opuestas. Por un lado, y a pesar de las inquietudes que suscita la economía, es un hecho que las oportunidades de crecimiento a largo plazo residen en los mercados emergentes. Por otro, la crisis en la zona euro ha obligado a los bancos a reconsiderar sus inversiones en numerosos mercados, e incluso a retirarse por completo de ellos. El resultado es un espacio de oportunidades.

Las economías emergentes de Asia, África y Latinoamérica -libres en gran medida de la deuda y los procesos de desapalancamiento que han socavado el crecimiento en Occidente- siguen siendo lugares que disfrutan de un crecimiento relativamente bueno. Tanto es así que, en plena crisis del euro, el Banco Mundial anticipa que, el año próximo, la tasa de crecimiento de las economías en vías de desarrollo será unas cuatro veces superior a la del mundo desarrollado.

Aunque los bancos europeos fueron de los primeros en introducirse en los mercados emergentes, la crisis reinante en la zona euro ha hecho que muchos de ellos retrocedan o tomen otro rumbo. æscaron;ltimamente se han publicado algunos titulares que resaltaban la preocupación ante la posibilidad de que, a causa de los recortes aplicados, los motores más prometedores del crecimiento económico global comenzaran a ralentizarse. Además, las cifras del Banco de Pagos Internacionales (BPI) correspondientes al último trimestre de 2011 dejaban patente que los créditos transfronterizos destinados a las economías emergentes habían descendido 75.000 millones de dólares, protagonizando así su mayor desplome desde la quiebra de Lehman.

Sin embargo, tres meses después el mismo informe mostraba una inversión de la tendencia: en el primer trimestre de 2012 los créditos transfronterizos a las economías emergentes aumentaron en 86.000 millones de dólares. En el volumen de préstamos llegados de Europa prácticamente no se registraron cambios y el vacío se llenó con fondos procedentes de otros lugares, sobre todo de centros offshore asiáticos y de Reino Unido.

Varios bancos occidentales con una situación saneada y ciertas organizaciones que operan en los mercados emergentes están identificando oportunidades más allá de la crisis de la zona euro. Sus movimientos podrían originar una nueva clase de líderes de la banca global para la próxima década. ¿Quiénes tienen más probabilidades de aprovechar esta oportunidad?

- Los bancos japoneses. En ciertos aspectos, los recortes en los bancos europeos se asemejan a la complicada situación por la que atravesaron las instituciones niponas en la década de 1990, cuando la contracción de su economía nacional debilitó a sus gigantes de la banca internacional. Mientras los japoneses regresaban a casa, las entidades europeas y otros bancos occidentales hacían su entrada en el escenario internacional. Ahora las tornas se han invertido. Algunos de los principales bancos nipones, que cuentan con un excedente de depósitos, vuelven a protagonizar una expansión internacional y están comprando carteras de crédito a los bancos occidentales. Entre los principales actores, Sumitomo Mitsui, Mitsubishi UFJ y Mizuho.

- Organizaciones de los mercados emergentes. El vacío bancario podría llenarse también desde dentro, ya que la retirada europea ofrece una oportunidad sin precedentes a las entidades bancarias de los mercados emergentes para tratar de formar centros regionales y sustituir a las instituciones internacionales salientes. En este punto cabe citar el ejemplo de la entidad rusa Sberbank, que el año pasado accedió a comprar las operaciones del banco austriaco Volksbank en ocho países de Europa del Este por unos 800 millones de dólares. Del mismo modo, BTG Pactual en Brasil ha dejado clara su intención de convertirse en el mayor banco de inversión de los mercados emergentes para finales de la década. De hecho, no hace mucho compró Bolsa y Renta, una sociedad de valores colombiana, y pagó 600 millones de dólares por Celfin Capital, una empresa chilena. En lo que a los países orientales se refiere, los bancos y entidades chinos como DBS Bank de Singapur y CIMB Bank de Malasia están abriendo sucursales en el extranjero y haciendo cada vez más adquisiciones regionales.

- Bancos occidentales con visión de futuro. Existe un grupo de instituciones occidentales veteranas que se están reinventando para ser consideradas figuras globales. A las entidades de renombre que llevan tiempo trabajando en los mercados emergentes (como BBVA, HSBC, Santander o Standard Chartered) se suman nuevos nombres. Wells Fargo, por ejemplo, tiene prevista su expansión en 20 nuevos mercados, incluidos los de China, Hong Kong, India, Corea del Sur y Singapur. JP Morgan también ha anunciado sus planes para consolidar su presencia en Asia, Latinoamérica y África con el objetivo de ingresar 1.000 millones de dólares en beneficios anuales antes de impuestos en el plazo de cinco años, y Barclays, por su parte, tiene ambiciosos planes de inversión y expansión en África.

Estos bancos se enfrentan, además, a un desafío común: los clientes en los mercados emergentes han demostrado ser especialmente veleidosos. Los estudios que ha realizado Accenture indican que en estas economías hay el doble de probabilidades de que los clientes de los bancos se cambien a otra entidad bancaria por nuevos productos.

Aquellos que deseen sacar partido de este desafío global deberán minimizar la agitación reinante y destacar en la conservación de los clientes. Para ello, tendrán que adquirir un conocimiento en profundidad del mercado local y abordar las adquisiciones siguiendo un enfoque disciplinado. Este objetivo podría alcanzarse asimismo por medio de joint ventures con firmas locales de confianza. Será determinante garantizar el apoyo a los clientes mediante tecnología de la información y sistemas vanguardistas, al igual que aprovechar las innovaciones en analytics, sociales, móviles y online. Las instituciones que logren llenar el vacío para sacar partido del crecimiento futuro en los países emergentes pasarán a integrar una nueva clase de líderes de la banca global.

Este artículo también se ha publicado en HBR.org: HBR Blog Network.

Richard Lumb es 'Chief Executive' del grupo de Servicios Financieros de Accenture.

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