Sombras y algo de luz en el empleo
Los últimos datos del paro, conocidos ayer, reflejan una vez más el brutal azote que la recesión está causando sobre el mercado de trabajo. Si bien es cierto que el último mes de 2012 ha sido el mejor diciembre de la serie histórica, también lo es que ha puesto punto y final a un año en el que se han destruido casi 800.000 empleos, lo que sitúa en tres millones el número de puestos de trabajo perdidos desde el inicio de la crisis.
Los datos reflejan también que durante el año pasado el paro registrado en los servicios públicos de empleo aumentó en 426.364 personas. Una oscura radiografía que evidencia los demoledores efectos de una recesión cuya virulencia ha roto con todas las previsiones. Sin embargo, desde el Gobierno se apunta a ciertas señales -tímidas- que podrían arrojar algo de luz de cara a los próximos meses. En primer lugar, el hecho de que en los datos de paro registrado y la caída de afiliación del mes de diciembre hay que tener en cuenta el denominado efecto cuidador, esto es, la salida de las estadísticas de 148.672 cuidadores no profesionales de personas dependientes, que estaban incluidos como cotizantes en la Seguridad Social, pero que desde junio -tras el decreto de recortes de gasto- han dejado de estarlo. Con esa corrección, la destrucción de empleo en 2012 es un punto menor.
A ello hay que sumar que el dato positivo del mes de diciembre -que refleja una caída de 60.000 desempleados, el mejor resultado de la serie histórica- se mantiene incluso de forma desestacionalizada, es decir, tras corregirse el efecto calendario, lo que sitúa la caída en algo más de 40.000 desempleados. El Gobierno maneja, además, datos adelantados de afiliación que apuntan a una mejora en el empleo durante los primeros meses de 2013. Una previsión que podrá comprobarse sobre el terreno en poco tiempo y que, solo de confirmarse, supondrá la primera señal contundente para poder hablar con seriedad de un cambio de tendencia. Desde el Ejecutivo se aludía ayer a los efectos positivos de la reforma laboral en el mercado de trabajo, al señalar que de no haberse efectuado esta, el ritmo de destrucción de empleo habría sido mayor.
Será en los próximos meses cuando pueda apreciarse con más claridad el impacto de la flexibilización en la normativa a la hora de crear empleo. De momento, todo parece indicar que el ajuste no ha finalizado, pese a que hay excepciones destacadas, como la del mercado de la construcción, que parece haber tocado ya fondo porque en diciembre no destruyó empleo, pese a ser tradicionalmente un mes de despidos en el sector.
Mientras, sigue habiendo señales preocupantes en la sostenibilidad del sistema de pensiones, que ha caído hasta el nivel de 2011, y que vuelve a poner sobre la mesa la necesidad de abordar de forma efectiva una reforma que no puede ni debe aplazarse.