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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Una propuesta que es vital para España

La propuesta presentada en Bruselas por los cuatro presidentes institucionales de la zona euro -UE, CE, BCE y Eurogrupo- para dotar a Europa de un fondo común anticrisis constituye un paso adelante fundamental en el lento camino hacia una "genuina Unión Económica y Monetaria" europea. Pese a que el documento que Herman Van Rompuy, José Manuel Barroso, Mario Draghi y Jean-Claude Juncker hicieron público ayer rebaja sustancialmente el alcance de su discurso, el objetivo del cuarteto del euro es claro: blindar la eurozona con un presupuesto compartido que permita a sus socios sobrevivir a los brutales azotes de crisis como la actual. La cobertura de esa bolsa común podría sufragar incluso parte del seguro de desempleo de aquellos socios que se vean desbordados por el impacto de la recesión. "Todas las uniones monetarias están dotadas de una dotación presupuestaria centralizada", recuerdan los cuatro presidentes en el documento que servirá de base para las discusiones de la cumbre europea de la próxima semana. La hoja de ruta de la propuesta dibuja un itinerario con dos etapas. La primera incluye la aprobación del fondo anticrisis; la segunda, la emisión común de deuda pública, aunque en principio con avales nacionales.

Más allá de los espinosos detalles financieros que traerá consigo el diseño y aprobación de este esquema, la posibilidad de que ese fondo se utilice incluso para cubrir parte del seguro de paro de países desbordados por la crisis constituye un propuesta de vital importancia para España. La poco honrosa posición de nuestro país como el Estado con mayor índice de desempleo de la eurozona, y una tasa que duplica la de esta, convierte la medida propuesta en un balón de oxígeno vital para las maltrechas cuentas públicas del país. Pese a ello, o precisamente por ello, es de prever la oposición numantina de una Alemania que ve con malos ojos cualquier fórmula de socorro que pueda contribuir a relajar la estricta disciplina presupuestaria que la crisis de deuda pública ha impuesto en Europa, especialmente respecto a los alumnos más desaventajados de la zona euro.

La presentación de las líneas básicas de la propuesta ha coincidido, además, con las últimas previsiones económicas del BCE. El organismo presidido por Mario Draghi rebajó ayer drásticamente sus augurios de crecimiento para los próximos meses, aunque sigue sosteniendo que la actividad comenzará a recuperarse durante el año que viene. Draghi acompañó su discurso con las recomendaciones acostumbradas: ajustes presupuestarios y reformas estructurales. Una dieta que España está aplicando de forma efectiva a la espera de unos resultados por los que todavía habrá que esperar. Una ayuda como la propuesta por los cuatro presidentes europeos supondría, por tanto, un merecido respiro.

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