Contra los precios, más competencia
El índice de precios de consumo descendió sorpresivamente en noviembre a una tasa interanual del 2,9%, nada menos que seis décimas, empujado por la fuerte presión bajista, sorpresiva también, de los precios de los carburantes. Como había comprobado y publicado este periódico, durante las tres primeras semanas del mes, las operadoras de carburantes bajaron sus precios finales bastante más de lo que lo habían hecho sus pares en otros países europeos, cuando el coste de la materia prima y del refino es para todos igual. Había mediado, eso sí, una indisimulada presión del Gobierno exigiendo moderación en las estaciones de servicios y advirtiendo que se estudiaría en detalle un informe de Competencia en el que se admitía que los precios en España podrían estar condicionados por la escasez en el número de operadores.
Pero pasado el punto crítico de noviembre, mes que determina la revalorización de las pensiones públicas, los precios finales en España han vuelto a subir ante el incremento de demanda de este puente de la Constitución y las vacaciones navideñas, y lo han hecho de forma exclusiva aquí, puesto que en las grandes economías de la Unión Europea siguen bajando. Ante este inexplicable juego de vaivenes, mayores dosis de competencia lo limitarían al que registraran los precios del crudo.