El rescate obliga a la banca a limitar la comercialización de pagarés

El auge de los pagarés emitidos por bancos toca a su fin. Una de las condiciones impuestas por el Eurogrupo a España en el rescate bancario es que se priorice la comercialización de depósitos, frente a otros productos de pasivo no respaldados por el Fondo de Garantía de Depósitos (FGD).

Los días dorados de los pagarés se esfumarán en los próximos meses. Los 50.000 millones de euros que los clientes particulares siguen manteniendo en este tipo de emisiones de bancos y cajas irán venciendo durante los próximos meses, sin que las entidades hagan nada por intentar renovarlos.

¿La causa? Las condiciones impuestas a España por el Eurogrupo a cambio de la inyección de fondos para las entidades financieras con problemas. Una de las imposiciones del memorando de entendimiento (MoU, en sus siglas en inglés) es que se priorice el ahorro a través de productos cubiertos por el Fondo de Garantía de Depósitos (FGD), en detrimento de otros productos de pasivo como los pagarés.

Según recoge el texto del memorando, España debe "reforzar la protección de los consumidores y la legislación sobre valores"..."a fin de limitar la venta, por parte de la banca, de instrumentos de deuda subordinada a clientes minoristas no cualificados y mejorar sustancialmente el proceso de venta a estos últimos de instrumentos no cubiertos por el Fondo de Garantía de Depósitos".

Esta previsión, recogida en un principio para controlar las emisiones de participaciones preferentes y deuda subordinada -que tantos problemas han causado a pequeños ahorradores-, también supone un rejón para la comercialización de pagarés entre clientes minoristas.

"El nivel de circulación de pagarés volverá a los niveles de 2011, en torno a 16.000 millones de euros", explican desde el departamento de estudios de un gran banco español. "Estos productos son muy utilizados por empresas y grandes patrimonios para invertir de forma eficiente sus puntas de tesorería, pero no era muy normal que se hubieran generalizado tanto".

En el MoU acordado con el Eurogrupo se especifica que "las autoridades españolas propondrán normas específicas antes de finalizar febrero de 2013", para ofrecer mayor transparencia en cuanto a las características de este tipo de instrumentos "y sus consiguientes riesgos, a fin de garantizar que tales clientes son plenamente conscientes de ellos".

Esta nueva normativa, que ahora está en proceso de elaboración, implicará una serie de obligaciones hacia los clientes minoristas que hará prácticamente imposible que se puedan repetir las campañas de captación de liquidez a través de pagarés o participaciones preferentes.

El modelo que se utilizará para la nueva legislación es la circular sobre "préstamo responsable", que ya ha emitido el Banco de España, y que impone nuevas obligaciones a las entidades financieras a la hora de informar sobre la contratación de créditos.

Un instrumento estrella

El auge de la comercialización de pagarés comenzó cuando el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero aprobó en un decreto que penalizaba la venta de depósitos con una remuneración muy alta. Las entidades, que ya entonces tenían serias dificultades para obtener financiación en los mercados mayoristas, empezaron entonces a recurrir a otros productos de pasivo alternativos.

Todas las entidades financieras se apuntaron a esta tendencia. El grupo Santander anunció que emitiría pagarés por 5.000 millones de euros, ampliables a 7.500 millones, para comercializar en oficinas, con rentabilidades que iban del 3,4% 3,55% en función del periodo de vencimiento. Bankia, que posteriormente fue nacionalizada, llegó a ofrecer rentabilidades de hasta un 4% en cierto tipo de pagarés.

El volumen total de pagarés emitidos entre enero y octubre de 2012 (último dato disponible en la AIAF) rozaba los 120.000 millones de euros, una cifra un 56% superior que la registrada un año atrás.